Se peleó con su familia por Deportivo Aguilares y decidió pasar solo las fiestas de fin de año

Jonathan Fernández, fanático del "Celeste", vive su pasión de manera tan intensa que ha generado tensiones familiares, especialmente con su esposa, quien proviene de una familia de hinchas de Jorge Newbery.

Se peleó con su familia por Deportivo Aguilares y decidió pasar solo las fiestas de fin de año OSVALDO RIPOLL/LA GACETA.

Jonathan Fernández es un fanático de Deportivo Aguilares. La fachada de su negocio visibiliza esta pasión: tiene un quiosco llamado el “Celestino”, con el escudo del “Celeste” y todo ornamentado con banderas. El local funciona como un punto de referencia para la barra del club y, hoy, será uno de los sitios de encuentro para la caravana previa al clásico de Aguilares frente a Jorge Newbery.

Su historia con el club está marcada desde el nacimiento: según cuenta, vino al mundo el mismo día en que Deportivo ascendió a la Primera A de la Liga, en 1994. Su familia, además, tiene una profunda tradición dentro de la institución. Su abuelo, Luis Zorroza, fue presidente del “Celeste” durante la década de 1990 y le transmitió ese sentido de pertenencia. “Son muchas alegrías las que viví con Deportivo. También hubo frustraciones, pero tengo el orgullo de decir que soy ‘Celeste’”, apunta.

Fernández también hizo inferiores en el club, aunque no llegó a Primera por cuestiones laborales. Hoy es el encargado del mantenimiento del campo de juego y tiene las llaves del club. “El clásico de Aguilares se vive con una intensidad tremenda. Creo que es el segundo más importante de Tucumán. Desde el día anterior ya se empieza a palpitar. Si se permitiera el ingreso de nuestra hinchada, esto ya sería una fiesta total. Hoy a las dos y media vamos a hacer un banderazo. Se espera mucha gente, una convocatoria enorme”, comenta.

Se peleó con su familia por Deportivo Aguilares y decidió pasar solo las fiestas de fin de año OSVALDO RIPOLL/LA GACETA.

El quiosco fue creado con la idea de servir como punto de previa para los hinchas. Muchos de sus amigos le insistieron con que venda bebidas, y fue expandiendo su negocio poco a poco. “Se llama el ‘Celestino’ porque es una manera despectiva de denominarnos a los hinchas de Deportivo. Y yo lo tomé como una insignia para el negocio y le dibujé un pájaro en la pared”, cuenta.

Fernández también vive su fanatismo en el plano íntimo. Su pareja nació en el seno de una familia fanática de Jorge Newbery, incluso con familiares que vistieron el manto “rojo”. “Ella era de la vereda de enfrente, pero ya se pasó para este lado. Ahora también es ‘Celeste’. Anoche, en un asado familiar, mi suegra le preguntó si era de Deportivo. Ella contestó que no, que era ‘de allá’. Quedó todo en silencio. La familia de ella es muy fanática de Newbery; su tío incluso jugó ahí. Imaginate que por el clásico muchas veces no nos hablamos. Nosotros somos muy fanáticos. La familia Zorroza Fernández es de las más fanáticas de Deportivo”, dice.

El fanatismo ha generado incluso discusiones familiares. “El 31 de diciembre del año pasado no fui a pasar con la familia de mi señora. Me quedé en casa solo, por una pelea relacionada al clásico. Todo empezó con bromas, pero después derivó en discusiones con mi cuñado, con mi cuñada, y también con el tío de mi señora. El 24 sí fui, pero era la víspera de la final. Me mantuve callado, tranquilo. Porque, te soy sincero, ellos el año pasado vivieron lo que nosotros ya habíamos vivido en 2017. Pueden salir campeones diez veces más, pero esa espina que tienen por aquellas dos finales que les ganamos en su cancha, no se la van a sacar”, retrata.

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