CON MUCHA CONFIANZA. Pino se muestra tranquilo con el presente de San Martín, asegura que trabaja para el bien del equipo y espera convertir en el Centenario.
“Cuando decidí venir sabía la responsabilidad y que el clima era caliente por lo que pasó el año pasado. Pero vine a ayudar y sobre todo a apoyar a los chicos que ya estaban”. Las palabras de Martín Pino son contundentes y tienen peso. No apuntan al dramatismo ni a lo emocional: marcan una postura. Una forma de pararse frente al presente de San Martín, que tendrá la oportunidad de volver a la cima, pero que arrastra la memoria fresca de un año en el que todo se escapó en el cierre. En la previa de un partido determinante frente a Quilmes, el goleador del equipo se mostró sereno y enfocado. Eligió hablar y dejó claro que no se esconde. Se hace cargo.
Con una gorra de color negro y con una bandolera en la que guardaba su celular, con el que posteriormente enviaría algunos mensajes antes del almuerzo en el comedor del complejo Natalio Mirkin, Pino se presentó para dialogar con LA GACETA.
Saludó, pero con ese tono tranquilo que contrasta con el ruido que genera cada partido de San Martín en lo que va del torneo. “En lo personal me siento muy bien. Y en lo grupal también. Este es un grupo fuerte. A veces pueden pasar estas cosas de perder o de no jugar tan bien, pero lo importante es que seguimos arriba. Vamos a seguir entrenando y redoblando esfuerzos para dar lo mejor”, expresó el cordobés, con total convicción.
Con cinco goles y dos asistencias en 12 partidos (11 como titular), Pino es el máximo artillero del “Santo”. Promedia 77 minutos por encuentro y suma 925 minutos en cancha. Cada 185 minutos convierte un gol, con un promedio de 0,4 tantos por partido.
No obstante, lejos de buscar protagonismo personal, sus palabras siempre apuntan al grupo dirigido por Ariel Martos. “Perdimos sólo un partido de 14, así que estamos muy bien. Lo importante es mantenerse arriba, seguir con humildad, trabajando. Para eso venimos a entrenar y a dar lo mejor”, dijo, reafirmando la importancia de no confiarse en ningún momento.
Este lunes, a partir de las 20.10, el “Santo” tendrá un difícil desafío contra el “Cervecero”, equipo que se encuentra cuarto en la tabla y en zona de Reducido. “Va a ser duro, como todos. Para nosotros son todas finales, porque cuando juegan contra San Martín te juegan diferente. Pero nos preparamos igual que siempre, sabiendo que el rival siempre tiene algo distinto. Va a ser un partido duro; habrá que trabajarlo mucho”, expresó.
Lo cierto es que sus estadísticas también lo muestran activo fuera del área: promedia 1,7 remates por partido (0,6 al arco) y tiene una eficacia del 25%. Aporta 0,3 pases clave, 6,8 pases precisos (63% de efectividad) y 0,2 pases largos acertados por encuentro (100%).
AFINA LA PUNTERÍA. El “9” se mostró muy activo durante las últimas prácticas.
Mientras que si se mira la tabla de goleadores de la Primera Nacional, Alan Bonansea (Patronato) lidera con siete tantos, seguido por varios futbolistas con seis, como Cristian Menéndez (Gimnasia de Jujuy) y Julián Marcioni (Agropecuario), entre otros.
Pino, con cinco, prefiere restarle importancia a esos números. “No; la verdad que no. Me concentro en lo mío, en lo que tengo que corregir. Veo muy poco de eso”, aseguró el ex Godoy Cruz, que le puso paños fríos a una posible competencia con sus pares. “Nunca me comparé con nadie. Siempre trato de dar lo mejor para el equipo. No sé quién hizo más o menos goles, aunque yo siempre quiero hacer la mayor cantidad posible”, explicó Pino, que hasta mencionó como es la relación con Franco García y Juan Cruz Esquivel, sus compañeros en el ataque. “Con Franco ya nos conocíamos de Córdoba porque vive cerca de mi casa. A ‘Juanchi’ lo conocí acá y es un gran pibe. Nos llevamos muy bien”, agregó.
"Al hincha le pido paciencia", dijo Pino
Mientras que al referirse a los fanáticos y al grado de exigencia, Pino fue contundente. “Al hincha le pido que siga aguantando como siempre. También un poco de paciencia, porque vamos a hacer lo mejor para terminar ahí arriba”.
Con la pelota y con la palabra, Pino eligió dar la cara. En un San Martín que volvió a pelear arriba, su figura crece en silencio. Juega, convierte y habla poco, pero cuando lo hace, se nota que entiende bien el momento.




















