Boca cerró en las últimas horas su segundo refuerzo del mercado de pases: Malcom Braida. Tras varios días de intensas negociaciones, el club de La Ribera llegó a un acuerdo con San Lorenzo para quedarse con el lateral por una suma de U$S 1.800.000, ligeramente superior a la cláusula de rescisión, que era de U$S 1.200.000.
La operación no fue sencilla. El Consejo de Fútbol buscaba activar la cláusula para liberar al jugador, pero el propio Braida, de 28 años, mostró una postura firme: no quería marcharse por ese monto, sobre todo tratándose de un traspaso a un clásico rival y siendo él capitán y referente del equipo de Boedo. Del otro lado, la dirigencia azulgrana, liderada por Julio Lopardo, pretendía una cifra superior que finalmente logró conseguir.
El entendimiento económico se alcanzó cuando Boca decidió mejorar la propuesta, evitando así que la negociación se cayera. Desde San Lorenzo explicaron que, del dinero recibido, deberán descontar conceptos como deudas salariales y premios, además de enviarle el 50% a Instituto de Córdoba, club que aún conserva parte de los derechos económicos del jugador.
Este lunes, el "Xeneize" confirmó mediante sus canales oficiales que Braida completó con éxito la revisión médica en el centro Genea. “Estoy contento y esperanzado”, declaró al llegar. Una vez firmado su contrato, viajará junto a Marco Pellegrino -el primer refuerzo del ciclo- rumbo a Estados Unidos para integrarse al equipo que prepara Miguel Ángel Russo de cara al Mundial de Clubes. Pellegrino, sin embargo, arrastra una lesión muscular que podría dejarlo fuera de la fase inicial.
Braida cierra así un ciclo de tres años en San Lorenzo, donde disputó 137 partidos, marcó siete goles y dio nueve asistencias. Si bien llegó como extremo, fue Rubén Darío Insua quien lo reconvirtió en carrilero, posición en la que logró destacarse y que lo llevó a despertar el interés del conjunto de La Bombonera.























