La increíble historia del tucumano que conmovió a Queen desde TikTok

Joaquín Parolo. Joaquín Parolo.

Sin formación académica y con el deseo de trascender la vergüenza, este estudiante de Comunicación se convirtió en un fenómeno viral cuando la cuenta oficial de la banda británica reposteó su interpretación de "Somebody to Love".

Gianna Camarda
Por Gianna Camarda 21 Junio 2025

"Me arrodillo y comienzo a rezar,

hasta que las lágrimas

corren desde mis ojos.

Dios, ¿alguien, alguien,

puede alguien encontrarme

a alguien para amar?"

Así dice una de las estrofas más sentidas de "Somebody to Love", uno de las icónicas canciones de Queen que resuenan en corazones de todas las generaciones. Paradójicamente, o quizás no tanto, estas palabras cobraron un nuevo significado para un joven tucumano de apenas 20 años cuya vida dio un giro inesperado hace dos semanas gracias a esa misma canción. Lo que comenzó como un simple cover subido a TikTok desde la intimidad del hogar de Joaquín Parolo, terminó cruzando fronteras virtuales hasta llegar a oídos insospechados: la mismísima cuenta oficial de Queen. El posterior compartido global por la legendaria banda catapultó a este talento local al estrellato digital y mundial.

El protagonista de esta historia es un estudiante de Comunicación de la UNT, cuyo video de la canción del grupo de rock en la popular red social china cuenta con más de medio millón de likes e infinitas reproducciones. Lo más sorprendente es cómo llegó a este nivel de destreza musical y vocal. "Aprendí a tocar el piano en septiembre de 2024", revela Joaquín, y desmiente cualquier formación académica o formal. "Después de tener muchos años el piano sin poder usarse, lo restauramos en agosto de 2024 y empiezo en septiembre de ese año. No fui a ninguna academia, ni estudié nada relacionado con la música. Aprendí en mi pieza, con tutoriales”, relata y asegura que es autodidacta y que al principio sonaba mal, como tiene que sonar alguien cuando está aprendiendo.

El piano de la bisabuela

La música, sin embargo, no siempre fue un camino tan claro para Joaquín. "La pasión por la música siempre estuvo en mí, pero suprimida o negada porque es un campo muy exigente. Es como ser futbolista o astronauta porque la gente que llega a vivir de eso suele ser muy poca", confiesa. Esta autocensura lo llevó a priorizar otras áreas. "Mucho tiempo me lo negué y me desvalorice. Mantenía lejos la tolerancia hacia la frustración para no sentirme mal si no lo lograba y me focalicé en otras cosas. Cantaba en la intimidad de mi cuarto, solo", explica sobre su tardía decisión de mostrar su voz. "El piano me gusta porque es un instrumento con mucha presencia", añade, reflejando su predilección actual.

Antes del piano, la guitarra criolla fue su primera incursión en el mundo musical. "Le pedí a mi papá que me enseñara en 2020", recuerda Joaquín. Al igual que con el piano, su aprendizaje fue intuitivo. "De la misma manera que aprendí a tocar piano, no aprendí ninguna base teórica. Simplemente le pedí que me enseñara a poner los dedos para tocar específicamente una canción que era ‘Confesiones de Invierno’ de Sui Generis. A partir de ahí, todo lo quise aprender solo, así que arranqué el camino con la guitarra", detalla. Sin embargo, con el tiempo, la guitarra dejó un vacío. "Si bien me encanta la guitarra, sentía que me faltaba potencia con algunas canciones y necesitaba algo que marque más la música", afirma. Fue entonces cuando el piano entró en escena. "Cuando me planteo tocar el piano, al principio lo vi imposible porque es un instrumento muy exigente, pero a medida que fui probando, y también equivocándome, me di cuenta que era un instrumento que me volvía loco y terminé enamorado del piano. Es mi instrumento favorito", confiesa emocionado. "Recuerdo que una de las primeras canciones que interpreté fue ‘Imagine’, de John Lennon".

La relación del egresado de la escuela Normal con su piano es más que instrumental; es emocional y profundamente arraigada en su historia familiar. "Con el piano tengo una relación muy íntima. No soy creyente, pero siento una conexión energética muy fuerte con el instrumento porque es una herencia familiar. La primera persona que recuerdo que me habló sobre la música fue mi abuela, Beatriz. A ella le gustaba mucho la música clásica, era profesora de francés y de música", revela. La visión de su abuela se adelantó a su tiempo. "Cuando me escuchaba cantar de niño, me decía que tenía una voz angelical y que tenía que cantar sí o sí. Yo no le di mucha importancia en ese momento porque era chico", cuenta Parolo. Esta herencia musical es una fuente de inspiración constante porque en su familia son todos artistas de distintos rubros y admite que disfruta mucho tocarlo y hacer canciones en él.

Pasión interpretada en canciones

La influencia de Queen en la vida de Joaquín es profunda. "Queen me encanta desde que tengo memoria, porque en mi casa no solamente se escuchaba a Charly García. Lo poco en inglés que se escuchaba, era Queen y siempre estuvo presente en mi vida", relata el artista amateur. Los recuerdos de la banda británica siguen: "Mi papá tuvo durante muchos años el mismo tono de llamada en su celular, que era la canción ‘Don't stop me now’ y cada vez que sonaba, yo decía: ‘¡Qué hermoso suena!’".

Para el muchacho nacido en 2004, la banda londinense y su generación de artistas representan algo más que música: "Los temas de Queen me llevaron a algo que yo sentía que ya no existía en mi contemporaneidad, porque soy de una generación muy distinta a esa”. Afirma, sobre eso, que cuando empezó a crecer, el rock era el género dominante; era el reggaetón. Después pasó a ser el trap. Sin embargo, es Freddie Mercury quien lo cautiva por completo. "Más que Queen, es toda una generación de artistas que me conmueven, sobre todo Freddie, porque sabe captar la pasión en las canciones y transmitirlas, algo fundamental como artista. De Mercury y de Queen veo mucha pasión interpretada en las canciones", enfatiza.

De lo terapéutico a lo global

El video de TikTok que lo lanzó a la fama no fue premeditado. "No pensé que mi video iba a tener repercusión. Cuando empecé a subir los videos, lo hice de forma terapéutica, para desconectarme del mundo y grabarme cantando y tocando, sin ninguna intención. Sigo sin tener alguna intención de trascender viralmente", asegura el jóven. Su incursión en el canto en inglés fue otro reto: "Cuando empecé a animarme a cantar en inglés, fue un desafío, porque estudié el idioma francés. Fui aprendiendo por fonética". La barrera del idioma se desdibujó con la llegada de público internacional. "Con las canciones en inglés, llegó gente a mi perfil de otros países. Tuve que traducir los comentarios, porque no sabía qué me escribían y con el video de Queen explotó todo", relata sobre el crecimiento exponencial de su perfil.

Joaquín Parolo. Joaquín Parolo.

La reacción a la respuesta de la banda fue de incredulidad. "Cuando vi que la cuenta oficial de Queen había reposteado mi video, como un vil mortal, pensé que era mentira, que era una cuenta fake. No me topé directamente con la publicación de Queen, sino con miles de comentarios que me avisaban lo que había pasado. Dije: ‘no puede ser, me están mintiendo’, pero al ver que tanta gente y en tantos idiomas decía lo mismo, empecé a dudar. Después vi la notificación y me di cuenta que era la página verificada de Queen. No lo podía creer y sigo sin creerlo. A veces me despierto y pienso: ¡Qué loco que hayan reposteado un video de un tucumano, cuando ellos están al otro lado del mundo!", exclama aún asombrado.

La emoción de este reconocimiento es inmensa: "Es muy emocionante, es una validación de unos ídolos. Tuve la suerte, no solo de lo que pasó con Queen, sino incluso algo más emocionante en lo personal, que Charly García haya dado like a un cover de ‘Desarma y sangra’ que hice con la guitarra donde lo arrobé. Recién había creado su cuenta de TikTok y estaba pasando desapercibido. Fue hermoso”, explica y suma que, luego, tuvo otras interacciones significativas con artistas. El trapero, Dillom, fue uno de ellos.

Sin ambiciones superficiales

A pesar del repentino salto a la fama, Joaquín mantiene los pies sobre la tierra: "Soy una persona muy tranquila. No me manejo desde la ambición del éxito superficial, ni me gusta la idea de hacerme famoso", afirma Parolo, con convicción. Sus aspiraciones son mucho más genuinas. "Siendo sincero, me gustaría poder hacer música, seguir interpretando canciones y que a la gente le guste. Todo lo que pueda venir después, será bienvenido. Seguiré sin querer llamar la atención, sin estrategias", explica. Su visión a futuro es amplia. "Me gustaría seguir por el camino que voy y poder dedicarme a la música como a tantas otras cosas que me gustan: las cuestiones audiovisuales, la comunicación, el cine. Me gustaría que la gente consuma lo que yo haga y se divierta", expresa y revela un interés multidisciplinario.

"Trascender la vergüenza"

Si el estudiante diera un consejo, sería profundo y realista: "Si cualquier tucumano que tiene un sueño y no lo sigue por miedo o vergüenza, me gustaría no dar ese mensaje barato de 'háganlo y cumplan sus sueños'. Existe el prejuicio actual de que es muy fácil hacerse famoso. Tienen razón, pero porque lo difícil es hacerse famoso por algo bueno", señala convencido. Para él, la clave está en la perseverancia y en superar barreras personales. "Me gustaría que haya más gente que intente trascender o hacer cosas que le gustan genuinamente, no porque eso vaya ‘a pegar’ o a darle dinero. Ninguno nace sabiendo y no creo que sea una limitación el talento. Hay algo fundamental que es trascender la vergüenza", enfatiza.

Su filosofía es clara: "Uno tiene que dar vergüenza primero, para que después las cosas salgan bien. Para cantar, tengo que desafinar primero. Para tocar bien, tengo que equivocarme en la nota primero. No se duerman a los laureles, en el prejuicio o en el 'yo no puedo' porque así no hacemos nada, nos quedamos enojados y… en la cama", concluye.

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