De Villa Carmela al mundo: Tomás Cuello brilla en Brasil y sueña con llegar a Europa y a la Selección
Formado en Atlético y con cinco años de experiencia en el Brasileirao, vive un gran presente en Atlético Mineiro. Mientras se recupera de una lesión, disfruta unos días en su Villa Carmela natal y no pierde de vista sus grandes objetivos.
Foto de Diego Araoz/LA GACETA.
Cada vez que puede, Tomás Cuello se da una escapada a Tucumán. Lleva cinco años en el fútbol brasileño, pero Villa Carmela sigue siendo su hogar, su refugio, su lugar de resguardo. Ahí dio sus primeros piques y ahí se siente verdaderamente a gusto, con una pelota bajo los pies. Es donde sonríe con su familia y donde la nostalgia le pianta un lagrimón al recordar todo el esfuerzo que implicó llegar.
Sabe que si no hubiese tirado esas gambetas en la escuelita de su barrio, quizás nunca habría vestido la camiseta de Atlético, ni la de los clubes brasileños. Agradece todo, pero no se conforma. Siente que su mejor momento aún no llegó y confía en que la oportunidad de cruzar el charco se dará pronto.
Ahora, en Tucumán de vacaciones, no descuida el físico. Mientras supera una lesión, asiste al complejo José Salmoiraghi para realizar movimientos livianos y no perder ritmo. En ese contexto habló con LA GACETA y compartió sus aspiraciones.
- Hace cinco años que te fuiste y en Brasil tu vida cambió por completo. ¿Cómo estás hoy?
- Bien, disfrutando estas dos semanas de vacaciones para estar con la familia. Estoy también en recuperación de una lesión, y feliz de volver a casa. Siempre lo digo: volver me hace bien. Estoy muy contento con la carrera que estoy haciendo en Brasil; ojalá pueda seguir subiendo de nivel.
- ¿Cuál es tu sueño actual?
- Ahora quiero hacer un buen torneo en Mineiro; y ojalá pueda dar ese salto a Europa, que es lo que más quiero. También sueño con llegar a la selección argentina. En lo personal, lo que más me gusta es competir al máximo nivel. Y eso, Brasil te lo da.
- Ya jugaste dos finales continentales…
- Sí, lastimosamente no gané ninguna. Tal vez la tercera sea la vencida. Ojalá podamos conseguir este año un título internacional o uno de peso en Brasil, para quedar en la historia del club.
- ¿Cómo viviste el descenso con Paranaense?
- En ese momento dolió mucho, incluso a mí me cuesta todavía hablarlo. Pero hay que levantarse. Lo mismo pasa cuando perdés una final. Y también cuando ganás, porque tenés que seguir. Lo pasado ya está, ahora pienso en el presente y en construir paso a paso el futuro en Mineiro.
- Están a cuatro puntos del líder Flamengo en el Brasileirao. ¿El objetivo es el título?
- Sí, claro. Cuando llegué, el técnico Cuca ya me conocía de Paranaense y me dio su confianza. También me la gané con mis compañeros. Tuvimos un gran inicio en el Mineirao y salimos campeones. Nos costó un poco al principio en los torneos nacionales e internacionales, pero ahora estamos fuertes. De los últimos 21 puntos sacamos 16 o 18. Va a ser un semestre difícil porque tenemos muchos partidos, pero el grupo está preparado.
Foto de Diego Araoz/LA GACETA.
- ¿Qué diferencia ves entre el fútbol brasileño y el argentino?
- La gran diferencia es la cantidad de partidos. Se juega cada tres o cuatro días, estás siempre compitiendo. Allá todo el trabajo está enfocado en la recuperación y en la prevención. Si te lesionás dos semanas, te perdés seis partidos. Después, en lo futbolístico, Argentina compite de igual a igual con cualquiera, quedó demostrado en el Mundial de Clubes. Y en lo económico, Brasil está un paso arriba; puede hacer contrataciones muy fuertes.
- ¿Te hubiera gustado jugar este Mundial de Clubes?
- Sí, obvio. Uno siempre quiere estar en los torneos grandes. Estoy feliz en Mineiro, pero claro que me hubiera encantado estar ahí. Si ganábamos la Libertadores el año pasado, tal vez hoy estábamos ahí. Pero bueno, son cosas del fútbol.
- ¿Cómo es tu día en Brasil?
- Me levanto, desayuno en el club, entreno, hago recuperación y almuerzo en casa. A veces duermo siesta, a veces no. Por la tarde entreno con mi prepardor físico en casa; tengo mi gimnasio y mis máquinas de recuperación. No salgo mucho. Como bien, descanso, y ya pienso en el día siguiente.
- ¿Aprendiste a cocinar comida brasileña o seguís fiel al gusto tucumano?
- Soy muy argentino. Tengo mi dieta y mi nutricionista, pero de vez en cuando se escapa un asadito si tenemos un día libre. Y me junto con compañeros como Fausto Vera, Renzo Saravia, Alan Franco, Junior Alonso... Me llevo bien con todos.
- ¿Ya dominás el portugués?
- Sí. Al principio me costó, pero en Bragantino tuvimos un “profe” que nos ayudó bastante.
- ¿Qué ciudad te gustó más de las que viviste?
- Viví en San Pablo, en Curitiba, que es hermosa, muy tranquila y segura. Pero Villa Carmela es mi lugar en el mundo. Siempre que tengo unos días vuelvo. El 28 de este mes ya vuelvo porque el 15 de julio arranca de nuevo. Quiero estar bien preparado para lo que viene.
- ¿Qué significa volver a la escuelita de fútbol de Villa Carmela?
- Muchísimo, porque me crié ahí. Siempre que puedo voy con mi papá y mi hermano. Es importante que los chicos tengan ese espacio para jugar, para divertirse, para ser felices.
- ¿Cómo ves a Atlético para el Clausura?
- Ojalá pueda seguir creciendo. Tiene mucho para dar todavía. Como siempre digo, ojalá le llegue el turno de salir campeón.
- Tu hermano Ignacio también juega en Atlético…
- Sí, es centrodelantero y está en la Primera de la Liga. Este año tuvo menos espacio. Hay muchos chicos que vienen de Reserva y merecen su lugar. Ojalá tengan su oportunidad o puedan seguir su carrera afuera como lo hice yo.
- ¿Hablás mucho con él?
- Sí, claro. Es difícil cuando uno no juega. Me ha pasado. Siempre le digo que tiene que seguir entrenando porque no sabés quién te puede estar viendo. A veces te toca de un día para el otro.
- ¿Qué aprendiste en estos cinco años?
- A estar siempre preparado. Me pasó de no jugar 10 partidos y de pronto ser titular en una Copa de Brasil. Tenés que estar listo física y mentalmente. Aprendí también a convivir conmigo mismo, a calmar la euforia cuando no salen las cosas. Crecí mucho como persona y como jugador.
- ¿La convivencia con tu pareja te ayudó también?
- Un montón. Vivo con mi novia Leila desde 2022, cuando me fui a Paranaense. Es un apoyo fundamental. Siempre está.
- ¿Te gustaría jugar en Europa? ¿Tenés un club soñado?
- No te diría un club específico, pero me encanta la Premier y la liga italiana. Son muy distintas: la italiana es más táctica, la Premier más dinámica y física. Pero sí, jugar en Europa es mi sueño.
- ¿Cuál fue el mejor gol que hiciste?
- En Bragantino, el de la semifinal contra Libertad en 2021. En Paranaense, uno que nos estaba salvando del descenso. Y en Mineiro, el de cabeza a Caracas, o el que le hice a Botafogo.
- ¿Cómo te preparás para los partidos importantes?
- Tengo un equipo personal que me hace análisis de video. Nos reunimos antes de los partidos y me ayudan con datos del rival y sus puntos débiles. Me sirve mucho.
- ¿Estás en tu mejor momento?
- Sí, pero sé que puedo más. Estoy en una etapa de querer aprender, de seguir evolucionando. Incorporé nuevos hábitos y eso me ayuda a crecer cada día.
- ¿Cuál fue el técnico más importante que tuviste?
- Felipão (Luiz Felipe Scolari), sin dudas. Lo tuve en Paranaense en 2022 cuando llegamos a la final de la Libertadores. Un técnico campeón del mundo, con mucha experiencia. Ese año fue inolvidable. Después fue director deportivo y siempre nos dio consejos. Le tengo mucho cariño.
- ¿Cuál es la comida que no puede faltar?
- El pastel de papa que hace mi mamá.
- ¿Te reconocen en Brasil?
- Sí; el otro día en Río, visitando el Cristo Redentor, unos hinchas de Vasco da Gama me reconocieron y me preguntaron por qué no fui a su club. A principio de año tenía propuestas de Vasco, Palmeiras y Mineiro. Y decidí por Mineiro. Hoy estoy feliz con esa decisión. (Producción periodística: Carlos Oardi)






















