Cuando las temperaturas bajas arrecian, cabe preguntar cómo viven los países más fríos del mundo. Aunque las estructuras de sus ciudades pueden ser totalmente diferentes a la de la mayoría de las ciudades argentinas, hay puntos que pueden imitarse. Es que, cuando se trata de calefaccionar ambientes, hay más soluciones que solo electrodomésticos.
De hecho, los países del norte de Europa, por ejemplo, se valen de más de una estrategia para mantener el calor. Instalaciones, aislamiento térmico y trucos de la vida cotidiana les permiten sobrevivir a temperaturas que superan los -30 °C. En relación a ello, separar el espacio interior del exterior de forma correcta, puede marcar una gran diferencia. Lo mejor es que son métodos que no dañan directamente el bolsillo o representan un gasto menor que otras opciones.
Un curioso método finlandés para conservar el calor en casa
Se puede decir que una casa puede funcionar casi como un vaso térmico si se aplican las mismas medidas. El aislamiento térmico consiste en utilizar una serie de técnicas y materiales que separan las temperaturas de dos ambientes. Se puede utilizar tanto para calefaccionar como para mantener frío. En este caso, sirve para mantener el frío gélido fuera y el calor del hogar en el interior.
En Finlandia, uno de los trucos más utilizados es el de aplicar paneles plásticos a las ventanas. Aunque también se utilizan sistemas de cierre más complejos que en ciudades argentinas, el plástico puede ser una excelente opción para quienes no están en posición de hacer grandes inversiones.
El método consiste simplemente en aplicar capas de plástico –preferentemente papel burbuja– sobre los vidrios de puertas y ventanas. Solo deberás rociar los vidrios con un poco de agua y pegar las burbujas hacia el exterior. Así se formará una especie de cámara de aire que evitará la huida del aire caliente mediante las ventanas.
Ventilar también es inteligente cuando hace frío
Los especialistas recomiendan utilizar con precaución este método. Si bien evita un gasto mayor en energía eléctrica o en gas, puede producir cierres herméticos. La desventaja es que es una forma en que se acumulan gases peligrosos si en el interior se utiliza calefacción a leña, garrafa o gas natural.
También será necesario hacer retoques periódicos con el agua para que el papel burbuja no se caiga. Cuando toque humedecer nuevamente los vidrios, es recomendable hacer limpieza para evitar la proliferación de hongos u otro tipo de microorganismos.
























