Dónde y cuánto cuesta estudiar para ser electricista, y cuánto cobra por hora en Tucumán

En un contexto donde los oficios vuelven a cobrar fuerza como salida laboral concreta, estudiar para ser electricista puede resultar una decisión estratégica. En Tucumán, la oferta de cursos es variada, con opciones presenciales y virtuales, aranceladas y gratuitas, que permiten empezar desde cero y con posibilidades reales de trabajar por cuenta propia o en relación de dependencia.

LA GACETA averiguó dónde se puede estudiar el oficio; cuánto se gana; cómo se habilita legalmente la actividad y cuál es el panorama actual en cuanto a género. Además, se consultó a formadores técnicos para entender cómo está evolucionando este rubro en la provincia.

Dónde estudiar para ser electricista en Tucumán

Entre las principales alternativas de formación están organizaciones como el Instituto NOA, que ofrece un curso técnico presencial de 10 meses con cuotas de $ 30.000, y la Fundación Forjando el Futuro, que propone un trayecto más corto, de 7 meses, por un precio similar. También hay opciones virtuales, como la del Instituto Profesional Argentino, que brinda un curso a distancia por $ 25.000 o presencial por $ 100.000. En plataformas como Edutin Academy incluso es posible acceder a formación gratuita con certificado internacional.

Los cursos, además, suelen incluir contenidos sobre cómo presupuestar trabajos, cobrar por hora, por tarea completa o por urgencia. Todo esto da herramientas a quienes deseen emprender sin depender de un empleador.

Cuánto gana un electricista matriculado

Pero no se trata sólo de estudiar: para ejercer profesionalmente en Tucumán, es obligatorio contar con matrícula técnica. El trámite se realiza en el Colegio de Profesionales Técnicos y cuesta alrededor de $ 180.000. Es un paso clave para quienes quieran trabajar legalmente En definitiva, aprender un oficio como electricista no sólo es posible en Tucumán, sino que es cada vez más accesible y puede ser una vía concreta de inserción laboral. Las posibilidades están: ahora queda en vos dar el paso en obras o en empresas que prestan estos servicios. No está mal ejercer el oficio en un ámbito que brinda respaldo y responsabilidad profesional.

¿Y cuánto se puede ganar? Un electricista que recién empieza puede cobrar desde $ 38.000 por una hora de trabajo, según los valores sugeridos por la Asociación Argentina de Instaladores Electricistas (AAIERIC). Una instalación básica puede superar los $ 76.000 y un presupuesto con inspección cuesta al menos $ 38.000. En caso de urgencias o trabajos nocturnos, el monto puede trepar a casi $ 92.000. Si bien los sueldos en relación de dependencia (como ayudante o medio oficial) oscilan entre los $ 33.000 y $ 38.000 mensuales, la diferencia está en la posibilidad de ofrecer servicios independientes y escalar.

Empresas interesadas, mujeres y un futuro que se electrifica

Ahora bien, aunque los cursos están abiertos a todo público, todavía es baja la participación de mujeres. Según las consultas realizadas, en una comisión reciente, por ejemplo, de 20 personas inscriptas, sólo había dos mujeres. En cambio, en otros oficios como carpintería, la presencia femenina creció notoriamente. “En algunos grupos ya representan la mitad”, explicaron en los espacios de formación de carpintería. El desafío ahora es ampliar también la representación en rubros como electricidad, donde todavía predominan los varones.

Por otro lado, algunos espacios de capacitación indicaron que el mayor interés en este tipo de formaciones viene de parte de las empresas, que buscan operarios capacitados. Dentro de los cursos disponibles, el que más atención está generando en Tucumán es el de mantenimiento eléctrico en el sector minero, un rubro en crecimiento que promete demanda sostenida en los próximos años.

Convertirse en electricista hoy, en Tucumán, no sólo es posible, sino también estratégico. El desafío pendiente es hacerlo más diverso e inclusivo, donde mujeres y varones encuentren por igual un espacio para crecer profesionalmente. Porque los oficios también son un camino de transformación social, y encender esa chispa depende de quienes se animen a tomar la herramienta y empezar.