Los secadores de manos pueden no ser la mejor opción.
Cuando entramos en un baño público, solemos movernos con cierta precaución. Es un hecho que, a pesar de las mejoras en la limpieza, la preocupación por los microorganismos sigue presente. Muchos estudios revelan que hasta un 90% de las personas evitan sentarse en un inodoro público o tocar ciertas superficies. Pero, ¿qué pasaría si dijéramos que las mayores concentraciones de microorganismos no están donde uno espera, sino en un lugar que consideramos "limpio"? Según los expertos, el riesgo en realidad estaría en los secadores de manos.
Los secadores de manos, esos aparatos que prometen higiene y rapidez, pueden ser focos de propagación de gérmenes. Según Elise Gouveia, directora de ventas en Francia de Kimberly-Clark Professional, "las toallas de papel son la opción más higiénica para secarse las manos", en contraste con los secadores.
El problema con los secadores de manos
Esta misma firma advierte que estos dispositivos operan de forma alarmante, "de manera similar a un estornudo prolongado de 12 segundos", el tiempo promedio de su ciclo. Esto significa que el aire expulsado puede dispersar gotas de agua cargadas de gérmenes hasta dos metros de distancia. Lo más preocupante es que estas bacterias aerosolizadas pueden permanecer en el aire hasta 15 minutos, incrementando notablemente el riesgo de infección en espacios cerrados.
Los datos recopilados por Kimberly-Clark Professional son contundentes y, francamente, preocupantes. Nos revelan una realidad inquietante sobre la higiene en baños públicos:
- Un secador de manos propaga 1.300 veces más gérmenes que una toalla de papel.
- El nivel de bacterias en nuestros dedos puede aumentar hasta un 42% después de usar un secador de aire forzado.
- Tras solo 15 minutos, el aire en los baños donde se utilizan estos secadores contiene 100 veces más partículas en suspensión que en aquellos donde se usan toallas de papel de un solo uso.
- Y quizás el dato más alarmante: las superficies internas de los secadores de manos pueden albergar hasta 48 veces más bacterias que el asiento de un inodoro.
Por qué el papel es mejor, según un especialista
Un químico farmacéutico biólogo, popular en TikTok con más de 100 mil seguidores y citado por Infobae, compartió la razón por la que él personalmente evita a toda costa estos aparatos. Aunque reconoce su eficacia – "No voy a negar que no sirven porque sí, son muy rápidos" –, señala el verdadero problema. "La cuestión es que recogen el aire del mismo baño, donde usualmente puede haber bacterias que son dañinas e incluso algunos virus", explica el experto.
Estos microorganismos, advierte, "pueden acabar en las manos de los usuarios", haciendo que el esfuerzo por la higiene sea en vano. Por ello, su recomendación es clara: "es recomendable hacer uso del papel". Sin embargo, también es consciente de una realidad que todos conocemos: "sabemos que no en todos los baños ponen papel".
























