INTA.
Un profundo malestar recorre el sector agropecuario argentino tras la publicación del decreto presidencial 462/2025, que reestructura el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y disuelve otros organismos considerados estratégicos.
La Mesa de Enlace, integrada por la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Federación Agraria Argentina (FAA) y Coninagro, emitió un comunicado conjunto en el que manifestó su “preocupación” ante una reforma de gran alcance implementada, según afirman, sin suficiente diálogo con los actores del sector.
La medida del gobierno de Javier Milei, que convierte al INTA en un organismo desconcentrado, elimina su autarquía financiera y modifica la estructura de entes como el Instituto Nacional de Semillas (Inase), el Instituto Nacional de Agricultura Familiar (Inafci), el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), desató un debate sobre el futuro de la participación público-privada en la definición de políticas para el agro.
La concentración de poder
Las entidades rurales temen que la reforma ponga en riesgo la continuidad de políticas técnicas que consideran fundamentales para el desarrollo del sector en las últimas décadas. Si bien reconocen la necesidad de modernizar la gestión, advirtieron que la concentración de poder podría afectar la estabilidad institucional y la previsibilidad necesaria para la inversión.
En el comunicado, la Mesa de Enlace lamentó la falta de diálogo previo y la información detallada sobre los alcances del decreto, lo que generó más incertidumbre en el sector. "En un país con una historia de cambios impulsados por los gobiernos de turno, creemos que los organismos oficiales y las instituciones público-privadas deben tener un funcionamiento autónomo y estable", señalaron.
Uno de los puntos centrales de la controversia es la transformación del Consejo Directivo del INTA, donde la Mesa de Enlace tenía representación, en un consejo técnico consultivo *ad honorem*. La designación directa por el Ejecutivo del presidente del INTA, con rango de secretario de Estado y amplias facultades, es vista con recelo por los productores.
La preocupación se extiende a los cambios que impactan en el Inafci, dedicado a la agricultura familiar, y el Inase, responsable de regular la producción y comercialización de semillas. Los dirigentes rurales temen que las modificaciones tengan consecuencias negativas para la fiscalización y el desarrollo de las economías regionales.
"Un creciente centralismo"
Andrea Sarnari, presidenta de la Federación Agraria Argentina, fue una de las voces más críticas, al denunciar un "centralismo extremo" que desplaza al sector privado y a las provincias a un rol consultivo.
"Vemos un creciente centralismo, y casi todos los cambios implementados dejan funcionando organismos gobernados casi totalmente por representantes del Poder Ejecutivo", afirmó Sarnari. Según la dirigente, este esquema "atenta contra el federalismo y también contra la articulación público-privada que ha demostrado su importancia, especialmente en el caso del INTA".






















