¿Qué aprendimos en China (y por qué mirar hacia Silicon Valley puede ser el próximo paso)?

¿Qué aprendimos en China (y por qué mirar hacia Silicon Valley puede ser el próximo paso)?
13 Julio 2025

Por Alberto Núñez

Viajamos a China con una pregunta en mente: ¿cómo piensa una potencia que diseña sus ciudades, su economía y su tecnología a 30 años? La respuesta que encontramos fue más rica, desafiante e inspiradora de lo que imaginábamos.

Durante junio, junto a un grupo de empresarios y profesionales mayoritariamente de Tucumán, recorrimos Shanghái, Shenzhen y Hong Kong en una experiencia que organizamos desde Fundación del Tucumán. El objetivo no era descubrir como comprar más barato, sino entender qué podemos aprender del modelo chino y qué oportunidades podemos generar para nuestras provincias y empresas.

Visitamos ferias, empresas, centros de planificación urbana y espacios culturales.  Nos juntamos con el Consul de Argentina en Shanghai para entender oportunidades y desafíos desde su perspectiva. Vimos inteligencia artificial aplicada a ciudades, movilidad autónoma, robótica, energías limpias y planificación urbana pensada para las próximas décadas. También nos encontramos con mercados paralelos donde no hay ninguna garantía de que lo que se compra sea “original” hasta un fabricante te pregunta: “¿Qué marca querés que le ponga a lo que estás comprando?” sugiriendo poner alguna renombrada.

La experiencia fue un golpe de realidad y una fuente de inspiración. En el Salón de Planificación Urbana de Shanghái y el distrito científico de Guangming en Shenzhen entendimos cómo el urbanismo puede ser una herramienta para construir bienestar futuro. Planifican con décadas de anticipación, integran tecnología, ecología y cultura con una lógica que está ausente en gran parte de nuestras ciudades.

También fue evidente el contraste entre el espíritu de escala y visión que se respira allá, y nuestras propias limitaciones. En muchas de las empresas que visitamos nos quedó claro que la diferencia no está solo en los recursos, sino en la mentalidad: visión a largo plazo, colaboración público-privada, foco en resultados.

Pero lo más transformador fue lo que no esperábamos: la incomodidad. China no solo sorprende. Incomoda. Porque lo que ves choca con tu marco de referencia. Horarios laborales extremos, vigilancia omnipresente, presión educativa y social, una cultura que valora la armonía y el orden por sobre la expresión individual.

Eso mismo es lo que hace que esta experiencia nos obligue a pensar distinto. Y es lo que nos impulsa a seguir generando estos espacios. En lo que va del año ya hicimos dos ediciones de Silicon Valley y ahora se viene otra misión a Silicon Valley en octubre.

¿Por qué Silicon Valley después de China? Porque uno te obliga a mirar el mundo como es. El otro te invita a imaginar lo que puede ser. China te muestra lo inevitable. Silicon Valley te da ganas de crear lo posible. Ambos te transforman. Pero de maneras muy diferentes.

Nosotros creemos que esa transformación es lo que más necesita nuestra región. Y por eso desde Fundación del Tucumán vamos a seguir generando estas experiencias. Porque si queremos un futuro distinto, necesitamos animarnos a pensar distinto.

Esta nota es de acceso libre.
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