Cartas de lectores II: Día del Niño (II)

17 Agosto 2025

El 20 de noviembre de 1959 la ONU aprobó la Declaración de los Derechos del Niño en una cláusula anexa a la de los Derechos Humanos proclamada en 1948. En la misma se consignan las atribuciones y libertades que todo niño debe poseer, por constituirse en un ser indefenso. Es así que se instituyó el día del Niño, pero esta fiesta se celebra desde 1953 y la fecha varía; en nuestro país se la hizo coincidir con el 1 de agosto, día de “todos los ángeles” para el calendario litúrgico, precisamente por toda la ternura, pureza que se amalgama en ese ser tan frágil. Pero esto solo sirvió para que los intereses materiales primaran sobre esta fecha y en vez de darle protección, amor se tradujo en “bombardeos” publicitarios de los cuales los niños solo rescatan la obligación de los papás de hacerles obsequios. Es sabido que los niños son impulsores del consumo de juguetes, golosinas, gaseosas. Entonces se pone en marcha la maquinaria consumista dejando de lado lo más importante, pasarla junto a papá y/o mamá o con uno al menos sin pensar en la obligación de los regalos: “solo se ve con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos”, decía Saint Exupery en el “Principito”. Este día se constituyó en una fecha “comercial” y se la traslada de acuerdo a los pagos a los estatales, obreros, etc.; en breve lo harán con el día del padre de la madre; ya lo hicieron por razones turísticas con las fechas patrias. Los niños son dioses a la hora de las campañas y luego son molestias para muchos adultos ocupados o sin tiempo. Es por los chicos pobres, ricos, tristes y hambrientos que se instituyó este día, ni comentemos lo de Gaza hoy. No importa si es niñez, niño, o infancias, que lo instituyeron hace unos años y hoy lo sacaron, una tontera realmente. Enfaticemos en la necesidad del respeto hacia los más pequeños, que son los primeros en padecer las calamidades de los actos del hombre. Reflexionemos en esta fecha agasajándolos, pero recordando todos los días que haciendo planes para las generaciones venideras se cultivarán los hombres del mañana.

César Trejo                                          

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