Cartas de lectores: ¿Y ahora qué?

27 Agosto 2025

Llega un momento en la vida en que uno se pregunta: “¿Y ahora qué?”. Absolutamente desdibujada la línea que separa lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto, lo honesto de lo deshonesto. Con tan sólo eso, es lógico entender que se vive en una tierra de nadie, en donde cada uno hace lo que le parece que está bien, o lo que -bien o mal- le conviene a sus intereses personales. Sabíamos que se daban pensiones por discapacidad a personas que no tenían una discapacidad, pero que conseguían algún estudio trucho de un profesional “cuestionable” -por decirlo suavemente- y nada decíamos. O lo decíamos donde nadie tenía poder para actuar. Sabíamos que el sistema jubilatorio argentino era una torta para 100 comensales, y de repente, por esos “favores” de una indecencia total, vimos como la misma torta se repartía entre 150... 200... 2.000. Tampoco dijimos nada. Cobardes, temerosos. Los de la idea de “mejor no te metas”. Pero es el país. Es lo que amamos. Es lo que anhelamos que funcione bien, por todo, para todos. ¡Igual miramos al costado! Y podríamos seguir dando ejemplos del mal uso de las llamadas “cajas”, que ya no cubren las necesidades para las que se las creó. Ni Mandrake, el mago, podría hacer que se estire todo, y que por arte de su magia las verdaderas personas con discapacidad y los que aportaron lo que debían y por el tiempo que debían cobren lo justo. No se hacen auditorías verdaderas. Ahora el funcionario nacional que prometió que las haría y que se tomó un largo tiempo y no las hizo, está en el banquillo de los acusados. Entonces, y volviendo al principio, no queda más que preguntar: “¿Y ahora qué?”. ¿Cómo se arreglará la injusticia de poner todo en una misma bolsa? ¿Es el Estado el inepto? ¿O somos nosotros que callamos y bajamos la cabeza?

María Estela López

24 de Setiembre 1.431 - Concepción


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