Transcurridos hasta mediados de agosto cerca de 2/3 de avance de zafra en Tucumán, los sensores satelitales revelan cicatrices de quemas sobre apenas 4,8% de la superficie cañera de la provincia. A pesar de este dato tan alentador se ha desatado una inexplicable caza de brujas con gran despliegue mediático donde son noticia hasta la quema de 800 m2 de caña, acompañadas por fotos de personal con chalecos del MPF, en operativos que podrían involucrar tanto a sospechosos del inicio de los fuegos como a quienes colaboran en su apagado. Más efectivo sería motivar a los productores a adoptar medidas concretas de prevención, deslindando responsabilidades para aquellos que adhieran de manera voluntaria y fehaciente a: 1) Certificar Buenas Prácticas de cosecha sin quema a través de LocalGap; 2) Compromiso para dejar sacar los excedentes agronómicamente recomendables de rastrojos que quedan en el campo dentro de los 15 días de cosechados y 3) Compromiso para retornar los no-azúcares que desde sus campos van a las fábricas mediante un riego localizado de vinaza según las dosis recomendadas por la Eeaoc. El Ipaat podría ser el ente que coordine el cumplimiento de estos compromisos. El usuario de los excedentes de rastrojos podría hacerse cargo de los costos de las certificadoras de LocalGap. Para eventuales descargos ante la ocurrencia de eventos, mediante monitoreo satelital de cosechadoras, enfardadoras y aplicadores de riego podría hacerse un seguimiento preciso de lugares y tiempos en los que se llevan a cabo estas tareas.
Santiago Paz-Brühl
spazbruhl@hotmail.com



















