En cada evento o reality televisivo que organizan los porteños, pese al favoritismo local, nuestros representantes tucumanos andan peleando el primer puesto y es lo que está ocurriendo con “La Voz argentina”, ya en la parte definitoria. Para nuestro orgullo, una tucumana revivió a Violeta Rivas, hizo degustar las empanadas tucumanas al jurado. Son tan buenos que ya pasaron a la siguiente ronda los hermanos descendientes del maestro Avelino, verdadera leyenda de nuestra música popular. Soy un amante de todo lo que es arte musical, pero lo ocurrido hace unos días fue apoteótico y fenomenal: de nueve concursantes, los tres primeros salvados son tucumanos, algo que nos conmovió hasta las lágrimas y nos hizo viajar en el tiempo. Cerrábamos los ojos y estaba presente con Pablo Cuello, ese bajo profundo de Romero de los Tucu Tucu, del Trío San Javier o los 3 del Río; presentamos un melodioso y romántico Emiliano Villagra que se puso al hombro a Palito Ortega y al Paz Martínez e hizo una presentación de lujo. Recordemos a la gran embajadora, ícono latinoamericano, la voz y el canto de nuestra Mercedes Sosa, ¿y a quién presentamos? Allí, humildemente, apareció Eugenia Rodríguez, se envolvió con el poncho tucumano de Cecilia Paliza, la pollera amarilla de Gladys la “Bomba tucumana” y salió a comerse el escenario. Y así lo hizo; llenó el auditorio de la dulzura de la miel de caña, el aroma de los azahares, el gusto del “sánguche” de milanesa y de las empanadas de Famaillá y plantó la bandera tucumana, mostrándonos que será la heredera de nuestra “Negra” Sosa. De yapa le presentamos un Lucas, con una pinta de galán y bella voz que la está rompiendo. ¡Gracias por cantar tan lindo y ser nuestros dignos embajadores!
Francisco Amable Díaz
Franciscoamablediaz@gmail.com




















