La caótica Av. Solano Vera, que atraviesa Yerba Buena hasta la ruta 338, jamás podrá ser como Av. Perón. Más creo que se parecerá al Camino del Perú, a la ruta al aeropuerto o al acceso a Tucumán por San Cayetano. Porque depende y mucho del Estado, que en Tucumán camina 20 años atrás de la actividad privada. Demasiada política y poca gestión. Primero, porque la Av. Perón tuvo un planeamiento bien gestado de entrada. La Solano Vera tiene desafíos diferentes. Sobre todo en el sector Yerba Buena. Un trazado angosto para crecer. No sirve de mucho ensanchar una vía de cada lado, ya que sólo se logra estacionar sobre pavimento en lugar de tierra. Sigue una mano de circulación. Si no se estudian dársenas de estacionamiento fuera de las calzadas dobles, nada mejorará. La inmensa cantidad de comercios sobre la línea y que sólo funciona con estacionamiento, no hace viable prohibirlo. Lo proyectado, bienvenido sea. Pero sólo cambiará la estética. No la agilidad de tránsito. Con respecto a la ruta después del camino de sirga y que ya pertenece al Manantial y San Pablo, no recibe ni un bacheo. El puente del canal es una desgracia en el cruce. Esas comunas cobran el derecho de construcción tres veces más que Yerba Buena. Y no devuelven nada a esa zona. Sólo explotan las viviendas que se construyen, usufructuando que están en su zona. Pero ellos ni conocen el sector porque viven en el opuesto. Y la DPV no existe. Sin fondos nada se puede hacer. Así que como siempre, pasándose la pelota, es difícil cambiar. Lo que se hace en la zona en infraestructura, lo pagan los inversores privados y las comunas explotan el crecimiento con impuestos y tasas.
Daniel Mas
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