Frecuentemente hay noticias sobre la contaminación del aire, agua, alimentos y medicamentos y de las consecuencias de ellas en las personas. Se realizan algunas acciones y controles para minimizarlas, aunque no siempre resultan efectivas.
De la contaminación lumínica y sonora se conoce poco. Mucha gente no sabe que existen y casi no se sabe cuáles son sus consecuencias.
La contaminación lumínica es el uso excesivo o inadecuado de la luz artificial, que altera la oscuridad natural. Esto causa problemas económicos, en la salud y en los ecosistemas, entre otros.
Iluminar las calles, las veredas, los jardines, etc. es necesario, pero hay mucha luz que se envía hacia arriba y eso es un derroche de energía. En algunos lugares hay reflectores iluminando hacia arriba sólo para llamar la atención y hay edificios iluminados de abajo hacia arriba sólo por decoración. Se puede iluminar correctamente usando artefactos apropiados. La iluminación inadecuada afecta el ritmo circadiano de las personas y también de los animales. La melatonina es la hormona que regula el ciclo del sueño. Comienza a producirse al atardecer y le indica al cuerpo que se debe preparar para dormir. La iluminación artificial excesiva, así como el uso de pantallas, interfiere en su producción y no se descansa correctamente.
Los animales necesitan de la oscuridad para saber que deben dormir. En las grandes ciudades, que generalmente están muy iluminadas, los pájaros no sobreviven porque mueren por agotamiento.
Las plantas también necesitan del ciclo luz-oscuridad para desarrollarse. Se hace reproducción de plantas en recintos cerrados, con iluminación artificial y se simula la iluminación de los lugares en donde mejor se reproducen. Esto muestra la importancia de la iluminación adecuada.
Los que viven en ciudades, cuando van a algún lugar oscuro, se sorprenden al ver las estrellas. Muchas veces se escucha decir: “acá hay muchas estrellas”. En las ciudades no se las ve a causa de la iluminación, pero las estrellas están. El cielo es un recurso que todos tienen el derecho a disfrutar, que tiene un valor histórico, cultural y científico y se debe preservar.
Las ciudades son cada vez más ruidosas. En las reuniones sociales, restaurantes y bares no siempre se respeta el volumen permitido, incluso en muchos lugares se acepta que haya vehículos o aviones con propagandas sonoras. Cada vez hay mayor cantidad de vehículos, En algunos casos, como en las industrias o en las construcciones, no se puede disminuir el ruido, pero se puede usar protección.
La contaminación sonora, que se controla poco, causa muchos problemas fisiológicos y sicológicos. Los organismos internacionales creen que los que están expuestos a ruidos excesivos tendrán problemas auditivos en el futuro. Las personas con trastornos del espectro autista son muy sensibles a los ruidos. Los bebes, las personas mayores y los enfermos también son muy afectados por ellos, al igual que los animales.
Sería conveniente que se controlen los niveles de contaminación sonora y lumínica. Estas se eliminan instantáneamente si se deja de producirlos, por lo que son fáciles de controlar.


















