Teatro independiente: cómo atravesar una súbita ruptura amorosa

Juliana González traza puentes en la Sala Ross entre Japón y Tucumán en su obra “Kintsugi”.

DOLOR Y SORPRESA. Reponen “Kintsugi (exposición de una ruptura)”. DOLOR Y SORPRESA. Reponen “Kintsugi (exposición de una ruptura)”.
20 Septiembre 2025

Juliana González transita parte de sus experiencias amorosas para construir una ficción humorística en “Kintsugi (exposición de una ruptura)”, el unipersonal que se repondrá a las 21 en Sala Ross (Laprida 135), con la dirección de Ezequiel Martínez Marinaro.

“A partir de la súbita separación de una pareja, con el dolor, la frustración y la angustia que conlleva, la obra gira al desamor, pulsión de un proyecto que pone en escena la versión personal de cómo se dieron las cosas, con soporte en imágenes y un puente entre el imaginario nipón al que refiere el nombre del título y la cotidianidad tucumana”, adelanta la actriz. Esa posición individual de lo ocurrido se desarrolla mediante “varias escenas trabajadas desde lo audiovisual, para lograr una conversación constante entre el lenguaje teatral y el cinematográfico”, agrega el director.

María es el personaje abandonado de golpe tras 11 años de relación, y eso desarma su estructura de vida. “Hay un común denominador que nos atraviesa a todos en este mundo: el amor y la muerte. En este caso, es la muerte del amor en una pareja, que hace difícil volver a lo que había antes. Hay una gran idealización del amor, con el foco instalado en la mujer. Vengo de una generación donde la premisa era recibirte, casarte y tener hijos, como si fuera la misión en esta vida. ¿Cómo nos volvemos a reconstruir cuando ese ideal no se da? Los vínculos humanos son complejos y quisimos reflejar los distintos lugares y emocionalidades que ella va atravesando, como si estuviese en una charla TED”, explica Juliana, quien aclara que no es un espectáculo de stand up sino una representación.

Comunidad nipona

Martínez Marinaro reivindica la presencia de una importante comunidad nipona en la provincia con la que se pusieron en contacto para tener una mirada más auténtica de su cultura: “En Tucumán existe el contacto físico, la cercanía y los vínculos de una manera más cálida y familiar, en contraste con un estilo más reservado propio de Japón, a la vez que allá se toman las cosas de manera espiritual. Esa comparación nos permitió reflexionar sobre la riqueza de los vínculos humanos y sobre cómo cada cultura encuentra su forma de atravesar las dificultades. La obra busca trazar una línea entre esas ideas”. Pero, más allá de las diferencias, “la ruptura se vive atravesando el duelo, escuchándose mucho, dándose tiempo para hacer distintas cosas, llorar, hablar y apoyarse en amigos y familia, un refugio importante”, concluye Juliana.

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