28 Septiembre 2025

Cartas como la escrita por el lector José Luis Avignone (“UCR”, 26/09), no dejan de sorprenderme y alarmarme, por el elevado nivel de “amnesia Política” que transmiten. Avignone expresa añorar a los viejos dirigentes que supo tener la UCR y reclama una inmediata reacción del partido, ante el autócrata gobierno del presidente Milei y la reapertura de las “Relaciones Carnales” con EEUU (estos dos últimos conceptos - el de autócrata y el de relaciones…- van por mi cuenta). Sería fantástico este viraje, siempre que el camino tomado le ofreciese a uno cierto margen de maniobra para esquivar baches u obstáculos e incluso para cambiar de sentido. Pero ello no es posible, porque en el año 2015, la UCR tomó un camino sin retorno, al regalar su historia y su territorio a un partidito municipal de la oligarquía criolla (PRO), la misma que sentía y siente un odio visceral por aquella UCR Revolucionaria que supo conducir el Dr. Hipólito Yrigoyen, primer presidente nacional y popular elegido mediante el voto popular. La pendiente y la inercia de este camino sin retorno hicieron el resto hasta estos días, plagados de radicales dubitativos, contradictorios, con pelucas y sin pelucas; con cascos y borcegos; etc. No hay forma, Sr. Avignone, de recuperar la credibilidad en una sociedad cansada de ver tanto zigzagueo ideológico en la UCR, partido que no sólo se dedicó a formar a las nuevas generaciones en un antiperonismo retrógrado y anacrónico, sino que -para colmo de males- se dedicó a pisotear las ideas de sus grandes líderes (de esos que Avignone tanto añora). Basta con un solo ejemplo: Raúl Alfonsín, al final de su camino y como uno de sus últimos mensajes a modo de brújula, dijo: “La UCR nunca girará hacia la derecha y su límite es Macri”. Todo dicho, Sr. Juez.

Javier Ernesto Guardia Bosñak 

Javierucr1970@gmail.com

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