EN TUCUMÁN. Natalio Botana durante el encuentro en el que el intelectual dio una charla organizada por LA GACETA y por la Fundación Federalismo y Libertad y luego fue entrevistado por Daniel Dessein. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ARÁOZ
Milei es un outsider que llegó a la presidencia con ideas nuevas pero repitiendo una vieja historia argentina. La creación de un partido desde el gobierno. Lo hizo Roca con la asistencia de un líder porteño excepcional como Carlos Pellegrini. El Partido Autonomista Nacional, que transformó la Argentina, fue creado desde el estado. Los partidos opositores surgieron de la sociedad civil.
Más adelante, después del golpe de Uriburu que quiebra 70 años de estabilidad, Agustín P. Justo constituye la Concordancia desde el estado, dividiendo a los partidos históricos -radicales, conservadores y socialistas-.
La culminación de esta tradición se da con Perón. En 1943, era nada -un ignoto coronel.. En 1946 era todo. Construyó su poder desde el estado, dividiendo al resto de los partidos.
Curiosamente Milei está repitiendo lo mismo. Es un sistema político que rompe el espíritu de coalición, que consiste en la reunión de partidos para forjar una mayoría. Eso requiere negociación y consenso, dos conceptos denegados en este tiempo. Un acuerdo que permita estabilizar un gobierno a largo plazo.
En 1949, el partido de Konrad Adenauer ganó muy bien las elecciones. Inmediatamente llamó a un partido conservador que actuaba en Bavaria y al viejo Partido liberal. Lo hizo teniendo mayoría. “Es necesario para no incurrir en excesos”, dijo Adenauer.
Lo que ocurre hoy no solo es culpa de Milei sino también de estos antepasados, de estas tradiciones latentes que de tanto en tanto se hacen manifiestas. El modelo del partido creado desde el estado se da mucho en las provincias, sobre todo en las del Norte. Es un modelo hegemónico incubado allí. El ejemplo más acabado es el de Néstor Kirchner, quien gobernó hegemónicamente Santa Cruz antes de llegar a la presidencia.
Hoy vemos una contradicción en un Milei que dice que está en contra del estado mientras intenta construir un partido desde el estado.
También hay que considerar las fallas económicas del plan. En las ciencias sociales no hay monocausalidad. Hay muchas causas. Lograr enhebrarlas es propio del hombre de estado. Quien es un hombre de síntesis, dice Julio María Sanguinetti.
Milei acertó en la reducción de la inflación pero no en su política cambiaria, en su política exportadora y en la fiscal no relacionada necesariamente con el déficit. La reforma fiscal es imprescindible. Tenemos una maraña de impuestos que no logra financiar a un estado que sigue siendo muy desarticulado.
Esta falla generó un campo propicio para la derrota del oficialismo nacional en la provincia de Buenos Aires.
La memoria histórica argentina, además, está conformada por décadas y décadas de crisis insoportables.
La Argentina debe recuperar un espíritu asociativo en el plano político. Es inconcebible que Milei haya insultado a los miembros de los partidos que le dieron su apoyo -y los éxitos parlamentarios del primer año de gobierno-.
El año pasado, en Tucumán, estuve en una conferencia en la que Patricia Bullrich dijo que querían crear una nueva hegemonía.
La tendencia en Occidente lleva a la polarización política con un centro pulverizado o transformado en un laberinto de facciones. Los intentos de reconstruir el centro curiosamente vienen de las provincias y no de Buenos Aires. Lo importante es el comportamiento de centralidad, hacia un núcleo sólido de políticas pactadas. Eso se perdió. Estados Unidos está yendo hacia los extremos y el partido republicano y el demócrata están perdiendo ese comportamiento de centralidad.
En material fiscal, laboral y en la estrategia de desarrollo económico los argentinos deben recuperar esa centralidad. La Argentina sigue teniendo islas de innovación pero requieren un consenso político básico. Es esencial practicar el espíritu de asociación y la inteligencia del consenso.
*Fragmento de la charla de LA GACETA y la Fundación Federalismo y Libertad ofrecida el martes pasado.
Perfil
Natalio Botana nació en Buenos Aires en 1937. Es Profesor Emérito en la Universidad Torcuato Di Tella, Doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad de Lovaina y Doctor Honoris Causa por las universidades nacionales de Salta, Rosario y Cuyo. Es miembro de Número de la Academia Nacional de la Historia (presidente en 2020-2023), y de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Es autor de libros fundamentales de la tradición historiográfica argentina como El orden conservador y La tradición republicana. Obtuvo el Premio Consagración Nacional en Historia y Ciencias Sociales en 1995, el Konex de Platino en 1994 y 2004, la Pluma de Honor de la Academia Nacional de Periodismo 2016 y el Gran Premio Adepa 2024. Ha sido Visiting Fellow en el St. Anthony´s College de Oxford y Profesor Visitante en el Instituto Ortega y Gasset de Madrid.















