Dicen que la relación entre Roife y Ema Gómez no era circunstancial

El fiscal Guillermo Herrera dijo ayer que Gabriel Juárez, uno de los detenidos bajo sospecha de tener alguna implicancia en el crimen del juez Héctor Agustín Aráoz, robaba para otro de los detenidos en la causa, el oficial Alejandro Darío Pérez. Herrera agregó que ambos detenidos tienen un gran prontuario y que los informes indican que Juárez llamó a Pérez varias veces el día en el que murió el magistrado. Además, arremetió contra los defensores de los dos principales acusados en la investigación, la ex agente Ema Gómez, y Pérez.
Herrera dijo que hay causas en las que Juárez y el oficial detenido están implicados. "Juárez trabajaba robando para Pérez", aseguró. Y agregó que se le podría dictar la prisión preventiva al muchacho, porque los informes indican que la tarde en la que murió Aráoz llamó varias veces a Pérez (las pericias que realizó la policía científica establecieron que las 10 balas que impactaron contra el cuerpo del magistrado habrían salido del arma de este último).
"Juárez podría saber algo más, por eso es posible que se le pida la prisión preventiva", explicó.
Ayer, Javier Lobo Aragón, defensor de Juárez, pidió en la Fiscalía X la libertad para su cliente. Sin embargo, teniendo en cuenta las sospechas del fiscal, es improbable que ello ocurra en lo inmediato. Herrera también afirmó que está evaluando la posibilidad de que a Arturo Roife, el agente inmobiliario que quedó detenido el lunes bajo sospecha de encubrimiento, se le dicte la prisión preventiva, para lo cual tiene 10 días de plazo.
Herrera dijo que en las pericias telefónicas se detectó una llamada a las 18.30 del día del crimen en la que Roife le dijo a Gómez que fuera a su inmobiliaria para conversar acerca del departamento que la ex policía quería alquilar. "La relación entre ellos no era circunstancial", dijo el fiscal.
El empresario quedó detenido el lunes tras presentarse de manera espontánea a declarar; permaneció 19 días prófugo y se había dictado un pedido de captura en su contra. Roife admitió que Gómez le pidió su celular para realizar algunas llamadas el día del crimen, pero dijo que no sabía con quiénes se había comunicado la mujer, y aseguró que no conocía ni a Aráoz ni a los otros imputados en la causa.
Su defensor, Luis Acosta, pidió ayer que se lo liberara. Aráoz murió de 10 disparos el 26 de noviembre en su casa de Yerba Buena.