Nunca es bueno celebrar antes de tiempo. La melodía puede cambiar; también la letra de la canción. “Él canta Demoliendo Hoteles en Buenos Aires; nosotros en Tucumán vemos cómo se están demoliendo varias actividades”, dice un ministro del gabinete del gobernador Osvaldo Jaldo. Javier Milei eligió el Movistar Arena para el recital de rock. “La Construcción de un Milagro” es más que un título de un libro; hoy eso implicaría teñir de violeta a la Argentina que, a juzgar por tantos escándalos en el poder, sí sería un milagro.
La incertidumbre electoral paraliza la economía, pero también la falta de certezas sobre la eficacia del plan económico del Gobierno nacional. Cada afirmación presidencial tiene un contrapunto. “Les pido que no aflojen, estamos a mitad de camino, terminemos de pasar el río”, dijo Milei la noche del lunes. Casi al instante, aquella metáfora se reconvirtió: “estamos en medio del mar y no vemos tierra. La macroeconomía jamás encuentra un puerto hacia la microeconomía de aquel que sigue esperando el derrame”, replica un economista.
Jaldo no se quedó atrás en su apreciación sobre los efectos del ajuste en las economías regionales. “El Gobierno nacional tiene que empezar a acomodar las variables macroeconómicas. ¿Con qué dólares vamos a producir? ¿Vamos a sembrar soja, poroto, maíz, trigo? Ahora, ¿con qué dólar vamos a hacer las proyecciones cuando lo vendamos? No hay hoy una definición y mucho menos una estabilidad que nos permita hacer proyecciones”, fundamentó el titular del Poder Ejecutivo. Jaldo está en uso de licencia en el cargo, pero recibe periódicamente informes acerca de cada actividad. Lo dijo luego de hacer un balance de la Expocon 2025, la muestra de la Economía del Conocimiento que reunió a empresarios, expertos y funcionarios. Hay dos termómetros que están midiendo el pulso de la falta de actividad: la evolución de las exportaciones y, fundamentalmente, de la recaudación de impuestos, que viene cayendo a razón de casi un 10% mensual, promedio, en términos reales.
El malhumor es creciente. El comercio padece la falta de consumo. Scania debe disminuir el ritmo de producción por la falta de demanda. El sector azucarero está a punto de cerrar un año menos traumático de lo que se preveía, pero con algunos nubarrones respecto de lo que será la zafra 2026, frente a la posibilidad de que algún ingenio deje de moler. Las textiles hacen piruetas para no echar gente y hasta disimulan la crisis con suspensión de turnos de trabajo, para evitar despidos. Papelera Tucumán es una fábrica que se asemeja a aquel equilibrista que ya se quedó sin contrapeso en medio de la escena. Los citricultores, en tanto, no tuvieron una mala temporada. Las crisis productivas en España y en Turquía permitió a los agroindustriales sostener la demanda exportadora, aunque ahora con menos fincas para cultivar la fruta.
Por el lado del sector público, el Fondo Anticíclico está en un punto de agotamiento. Daniel Abad, ministro de Economía y Producción, ha realizado un esquema financiero de tal manera de llegar hasta fines de año sin contratiempos fiscales. Lo primero es garantizar el equilibrio financiero; lo segundo, tratar de recuperar partidas que la Provincia destinó para obras públicas y que la Casa Rosada prometió devolver una vez que pasen los comicios.
Jaldo ya ajustó las clavijas en las tres secciones electorales. No quiere sorpresas en el resultado del domingo 26. Las encuestas le sonríen y cree que podrá evitar que la ola libertaria crezca en Tucumán. Ayer, durante una reunión en el Jockey Club, el propio mandatario rechazó una lapicera que lucía los colores de La Libertad Avanza. “Es morada, gobernador”, le aclaró la colaboradora que le acercó el bolígrafo. Entre sonrisas, el mandatario prefirió no tocarla. “No me van a pintar de lila la provincia”, dijo minutos después para dejar en claro cuál es la expectativa oficialista para los comicios del domingo 26. El gobernador no ocultó su sorpresa cuando el vicepresidente del Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP), Juan Casañas, expuso ante los empresarios acerca de las políticas desarrolladas por la actual gestión para mantener la actividad económica. ¿Cuál fue el motivo? A viva voz, el radical le pidió a los empresarios que el domingo 26 voten al peronismo. Los hombres de negocios reaccionaron de distinta manera a la invitación de Casañas. Para sacar las dudas, y aunque no de una manera tan directa, el propio Jaldo les sugirió acompañar sus acciones con el voto. El empresariado es una franja que, generalmente, no vota al PJ y, con sus bemoles, suele marcar sus diferencias de criterio con la Casa de Gobierno.
Fortaleza
El titular del Poder Ejecutivo mira un poco más allá, particularmente sobre cómo evolucionará su administración a casi dos años de mandato.
El razonamiento dentro del oficialismo es claro: el resultado electoral marcará la fortaleza para cumplir los cuatro años de gestión sin pasar por el temido “pato rengo”, ese período en el que, generalmente, decae la popularidad de un gobernante e, inexorablemente, se debilita su poder.
Si el resultado es contundente, Jaldo avanzará con la reforma constitucional y con una reformulación integral de las políticas, incluyendo cambios en el gabinete. “No hay que hablar de segundo tiempo todavía. ¿Quién sabe lo que puede pasar hacia adelante?”, indica uno de sus colaboradores. La idea de ellos es que, más que un partido de fútbol, el gobernador se anime al basquetbol, es decir, un partido de cuatro cuartos, más allá de 2027, con él a la cabeza. Esto hace mucho ruido dentro del Partido Justicialista. Hay corrientes internas que le ponen fecha de vencimiento a un hombre que, por la función pública, ya transitó cuatro décadas. Hablan de renovación y de la necesidad de que nuevos cuadros políticos salgan del banco de suplente para un recambio natural. Esto implicaría una puja de poder hacia las generales de 2027. Ahora bien, ¿quién se animará a sacarle las charreteras al comisario? Esa es la pregunta que se hacen dentro del edificio de 25 de Mayo y San Martín. De la misma manera, hay referentes que creen que un triunfo daría lugar a sus acólitos a ocupar cargos en otros ámbitos, por ejemplo, la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. El problema sigue siendo el mismo que de Jaldo, aunque con un tono rubio en la cabellera: Rossana Chahla. Ambos no están dispuestos a compartir espacios de poder, al menos en este mandato.
Por más que el gobernador y vicepresidente del PJ tucumano diga que llegan a las elecciones del 26 como aquel “Fitito” que levanta temperatura (como lo dijo Jaldo el pasado fin de semana en Burruyacu), en los planes oficiales hay en carpeta un programa de rectificación del motor. Cuentan que se están acelerando las gestiones para motorizar inversiones gastronómicas y hoteleras en algunas villas turísticas, que esperan que el clima económico se aclare en la Argentina para concretarse. Otra cuestión que tiende a reflotarse es el predio del Arsenal, ese que el actual senador, en tiempos de gobernador, Juan Manzur, prometió convertir en un Centro Cívico. Por de pronto, en el Ejecutivo están motorizando la preservación del predio para que en el futuro mediato se encuentre algún uso, si el financiamiento se lo permite.
La mirada de Jaldo está puesta más allá del 26. Del resultado electoral dependerá la dinámica de su poder, más aún puertas adentro del oficialismo.























