La comunidad científica argentina y europea atraviesa horas de profunda preocupación por la desaparición de Alejandro Matías Fracaroli, investigador del Conicet y docente de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). El científico, de reconocida trayectoria, fue reportado como desaparecido el lunes 13 de octubre en Karlsruhe, Alemania, donde residía desde septiembre por motivos académicos y laborales.
Fracaroli había viajado a Europa hace poco más de un mes para participar en un proyecto conjunto entre la UNC y el Instituto Tecnológico de Karlsruhe (KIT), una de las instituciones científicas más prestigiosas del mundo. Su estadía estaba prevista hasta comienzos de diciembre y formaba parte de una colaboración internacional vinculada a la nanotecnología y la sustentabilidad ambiental.
Según informó su familia, el último contacto con él fue ese lunes, cuando regresaba del trabajo hacia su casa. Desde entonces, no se volvió a saber nada de su paradero.
Un investigador destacado
Alejandro Fracaroli es un referente en su campo. Integra el Departamento de Química Orgánica de la FCQ-UNC y está asociado al Instituto de Investigaciones en Fisicoquímica de Córdoba (INFIQC). Su trabajo combina docencia universitaria e investigación, con especialización en química reticular y nanotecnología aplicada al ambiente y la sustentabilidad.
Entre sus aportes más reconocidos se encuentran estudios sobre moléculas que regulan la síntesis de proteínas en plantas, cuyos resultados se aplican actualmente en programas de transformación genética del arroz.
Además, Fracaroli formó parte del equipo de investigación del químico Omar Yaghi, recientemente galardonado con el Premio Nobel de Química 2025, quien el año pasado recibió el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Córdoba. Este vínculo consolidó aún más la proyección internacional de la institución y el prestigio del investigador argentino.
Los últimos momentos antes de su desaparición
De acuerdo con la reconstrucción de los hechos publicada por Infobae, el lunes 13 de octubre Fracaroli salió de su trabajo en el campus universitario y tomó el colectivo que conecta el predio con el área urbana de Karlsruhe. Poco antes de las 19 (hora local), mantuvo una videollamada con su pareja, Gabriela Furlan, quien aseguró que la conversación fue completamente normal y que no notó ninguna situación fuera de lo habitual.
Después de esa hora, su teléfono se apagó y no volvió a responder mensajes ni llamadas. Desde entonces, no se registraron movimientos ni rastros que permitan determinar dónde está.
La búsqueda en Alemania
La desaparición fue denunciada ante las autoridades locales, y el Consulado argentino en Alemania activó el pedido de búsqueda formal. Un primo hermano de Fracaroli, que vive a dos horas de Karlsruhe, viajó hasta la ciudad para colaborar en las gestiones y agilizar la comunicación con la policía alemana.
Sin embargo, las primeras horas fueron complicadas: la protección de datos personales dificultó el acceso de la familia a información clave. Con el correr de los días, la policía confirmó que ya se descartaron ciertas áreas de búsqueda, aunque la investigación continúa como prioritaria.
“La comunidad científica está expectante y muy preocupada”, expresó Mónica Balzarini, directora de Conicet Córdoba y colega del investigador. “Hasta ahora no se dispone de datos concluyentes: no está en hospitales ni en comisarías, y ninguna cámara de seguridad aportó información relevante”, añadió en diálogo con La Voz.
Un llamado internacional
Fracaroli tiene una familia establecida en el barrio General Paz de Córdoba capital y es padre de dos niños. Su pareja y colegas insisten en la difusión de su caso para ampliar las posibilidades de hallarlo.
Quien coordina la difusión de los anuncios de búsqueda es un compañero de trabajo en Karlsruhe, encargado de recibir información sobre posibles avistamientos o datos útiles.
Los números de contacto habilitados son:
+34 634 64 10 75 (para llamadas en español)
+49 155 6058 7656 (para quienes se comuniquen en alemán o inglés).
Ya pasaron cinco días sin noticias del científico cordobés. Su familia, amigos y colegas del Conicet piden mantener viva la búsqueda y no bajar los brazos: “Necesitamos encontrarlo. Alejandro no desaparece solo. Cualquier dato puede ser clave”, enfatizan desde su entorno.






















