Para los que fueron a las urnas por primera vez la boleta única ya es la forma "natural" de votar

En una escuela de Alderetes, tucumanos de entre 16 y 17 años contaron cómo vivieron su estreno en las elecciones legislativas 2025 con otra debutante, la BUP.

UN POCO DE NERVIOS. Iago espera que su hermano salga de votar para entrar él. / LA GACETA UN POCO DE NERVIOS. Iago espera que su hermano salga de votar para entrar él. / LA GACETA

“La primera nunca se olvida”, la frase de Dillom en una de sus canciones más escuchadas, cobró otro sentido este domingo para muchos adolescentes tucumanos. Para ellos fue su primera vez como votantes; su primera experiencia con otra debutante, la Boleta Única Papel (BUP), y su primera oportunidad de sentir que su voz también cuenta. 

Un poco inquietas y con la mirada atenta, las hermanas Ariadna y Luciana Roldán, de 16 y 17 años, esperaban su turno para sufragar en la Escuela Secundaria Rincón del Este, de Alderetes. “Estoy muy nerviosa porque nunca hice esto, me tiemblan las manos”, decía Ari antes de entrar al aula donde estaba su mesa.

Ella es una de las miles jóvenes que participaron por primera vez en las elecciones, en este caso para renovar cuatro bancas de diputado. Fue también la primera elección local con la nueva herramienta de la BUP, lo que agregó una cuota de curiosidad y expectativa entre los recién llegados al padrón electoral.

Desde que una década atrás los argentinos de 16 y 17 años comenzaron a participar optativamente en las urnas -a partir de los 18 comienza la obligatoriedad del sufragio-, el llamado “voto joven” se transformó en un indicador clave de cómo las nuevas generaciones se acercan a la política.

JÓVENES DE BURRUYACU. Las hermanas viajaron a Alderetes para votar por primera vez. / LA GACETA JÓVENES DE BURRUYACU. Las hermanas viajaron a Alderetes para votar por primera vez. / LA GACETA

“Fue como una prueba. Me sentía atrás del cartón (cabina de votación) como cuando tapás la carpeta para que no te copien”, describió Ariadna entre risas, ya con el deber cívico cumplido. Ambas son de Burruyacú y asisten a la Escuela Media de Mariño. Llegaron a su mesa acompañadas por su abuela, quien las alentó desde la fila y las ayudó a buscar sus nombres en la lista. “Estuvo fácil porque me enseñaron cómo votar, pero igual me dio vergüenza porque me miraban mucho”, dijo Ariadna.

Luciana Roldán, de 17 años, coincidió con su hermana. “Al principio no sabía qué hacer, pero fue más fácil de lo que imaginaba. Igual me sentí nerviosa porque no sabía cómo meter el papel en la urna”, contó avergonzada. “Te sentís distinta cuando salís. Ahora tu opinión vale”, resumió.

“Es todo nuevo”

Es que, para muchos adolescentes, el primer voto significa más que elegir representantes: es un instante simbólico de entrada a la ciudadanía plena. Pero eso, a su vez, implica más que emitir un sufragio. Dylan Zelarayán, de 16 años, reconoció que todavía necesita acostumbrarse. “Mi mamá me explicó algunas cosas, pero siento que me va a costar adaptarme a este mundo. Es todo nuevo para mí. Sí creo que la boleta única facilita mucho el proceso”, contó este 26 de octubre.

CON CONFIANZA. Dylan ejerció su deber cívico y ya está pensando en cómo será conocer más de la política. / LA GACETA CON CONFIANZA. Dylan ejerció su deber cívico y ya está pensando en cómo será conocer más de la política. / LA GACETA

Iago Rivadeneira fue a la escuela como todas las mañanas pero esta vez junto a su hermano y su abuela. “Tengo un poco de nervios”, admitió antes de entrar. Si bien la implementación de la boleta única de papel reemplazó al tradicional cuarto oscuro en este turno electoral, para los votantes por primera vez no hubo transformación alguna, sino que este esquema es el natural. “Al final me copó el sistema. Es bastante fácil, rápido y concreto. Pensé que iba a tardar mucho más”, comentó Iago al salir del aula de la Secundaria Rincón del Este.

NERVIOS, RISAS Y CURIOSIDAD. Miles de adolescentes tucumanas, como Ari y Lu, votaron por primera vez con la boleta única papel. / LA GACETA NERVIOS, RISAS Y CURIOSIDAD. Miles de adolescentes tucumanas, como Ari y Lu, votaron por primera vez con la boleta única papel. / LA GACETA

“Así también se nos escucha”

Itatí Sosa, de 17 años, estudiante del Colegio Pellegrini, opinó: “la BUP me pareció más práctica que andar buscando boleta por boleta como me contaron que se hacía antes”. A la joven, que llegó acompañada de sus hermanas de 12 y 22 no le molestó la presencia de los fiscales dentro del aula. “No me sentí observada ni incómoda. Fue igual de tranquilo que como me lo imaginaba. Me gusta que hayan modernizado el sistema”, expresó.

EMOCIONADAS. A la derecha está Itatí, junto a su hermana mayor, quien la acompañó a votar temprano. / LA GACETA EMOCIONADAS. A la derecha está Itatí, junto a su hermana mayor, quien la acompañó a votar temprano. / LA GACETA

Lo cierto es que llegó más preparada que muchos jóvenes gracias a una experiencia particular .“En el Modelo de Naciones Unidas que hicimos en el Palacio de los Deportes nos dieron una capacitación sobre cómo iba a ser la boleta. Nos mostraron cómo marcar, cómo doblarla, todo paso a paso. Así que, cuando me tocó votar de verdad, ya sabía qué hacer”, dijo. Y refirió antes de irse con su familia: “está bueno que los jóvenes podamos participar porque así también se nos escucha. Somos parte de lo que viene”. 

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