El “voto hartazgo” que alecciona y sorprende

FELIZ, PERO SORPRENDIDO. Milei no esperaba un resultado tan favorable como el que se dio. FELIZ, PERO SORPRENDIDO. Milei no esperaba un resultado tan favorable como el que se dio.

La enseñanza que dejaron los comicios es que predomina un sentimiento de hartazgo en una porción importante de la sociedad argentina. Hace dos años esa misma mayoría consagró a Javier Milei como presidente, con un mensaje claro: fracasó toda la estructura tradicional de partidos políticos y la gente se cansó de que celestes, rojos y amarillos prometieran mejorar su calidad de vida sin que nunca cumplieran con ello.

Hace dos años, peronistas, radicales y macristas hacía mea culpa y llamaban a oír ese grito desesperado de muchos argentinos. Se olvidaron pronto. Se dejaron encandilar con los yerros libertarios y creyeron que eso era suficiente para correr al “anticasta” y volver alguno al poder con las mismas consignas que antes. Fracasaron otra vez.

El propio Milei confesó en una entrevista televisiva, anoche, que el resultado lo sorprendió. Ni él mismo esperaba pintar el mapa nacional de violeta con esa contundencia. En eso el jefe de Estado tiene razón: algo está cambiando en Argentina y es que ya hay una decisión de no volver a ninguna de las opciones del pasado. La dirigencia “tradicional” parece no entender ese mensaje e insiste con ofrecer lo mismo. Así les fue.

Ante ese panorama, la estrategia de Osvaldo Jaldo se reivindica. El gobernador no quiso arriesgarse a que le pinten la provincia de violeta y jugó fuerte. Pagó el costo de ser candidato testimonial, bajó la cabeza para unir a todo el peronismo comarcano y se puso la campaña al hombro. Los escándalos que golpearon a Milei lo envalentonaron y soñó con quedarse con tres de las cuatro bancas en juego. Estuvo cerca y quizás es la piedra en el zapato que le impidió estar del todo cómodo en los festejos de la noche dominguera. Ahora, la pregunta es otra: ¿qué hubiese pasado si él no era candidato? Se estaría hablando quizás de otro resultado. Jaldo jugó fuerte y ganó. Consolidó su liderazgo y se planta de otra manera ante la Nación para negociar.

Catalán

El otro gran ganador fue Lisandro Catalán. El ministro del Interior fue tejiendo la campaña y decidió sobre el final del cierre de listas poner a la cabeza a Federico Pelli. Fue él, además, el que no quiso alianzas ni con Fuerza Republicana, ni con CREO ni con nadie. Sin lugar a dudas fue Milei el que traccionó votos para que los libertarios tucumanos obtuvieran dos bancas, pero Catalán acertó en las decisiones. Punto para el ministro nacional, que ofrendó dos bancas al Presidente, justo cuando su nombre suena como unos de los que podría salir del Gabinete. Esto lo fortalece y deja a LLA como la fuerza con la que el resto de la oposición local deberá negociar si tiene vocación de poder para 2027. Catalán no oculta que, de darse la oportunidad, le gustaría competir por la Gobernación. Falta mucho, pero tampoco tanto.

La Unión Cívica Radical de Roberto Sánchez es la gran derrotada de la jornada. El diputado nacional no pudo revalidar su banca y perdió un caudal tremendo de votos. Erró en la estrategia, en los aliados y en la visión sobre lo que podía suceder en las elecciones. Es cierto que, como él mismo dijo, el discurso de Milei caló profundo y le hizo perder adhesiones. Pero también lo es que se debería haber buscado el plan para contrarrestar eso. No se logró. Se avecina el tiempo de un profundo análisis de los radicales y sus aliados de siempre de cara al futuro.

Todos deberán reflexionar sobre una democracia que parece fortalecerse. En definitiva, la sociedad alecciona con su voto.

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