En plena antesala de la cumbre climática COP30, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dejó claro que está dispuesto a intensificar la presión diplomática
En la antesala de la Cumbre del Clima COP30, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió que volverá a comunicarse con el mandatario estadounidense Donald Trump si las negociaciones para eliminar los aranceles a las exportaciones brasileñas no muestran progresos.
“Si cuando termine la COP30 no se ha programado una reunión entre mis negociadores y los de Trump, volveré a llamarlo”, dijo Lula ante corresponsales internacionales en Belém.
El líder brasileño aseguró que está dispuesto a viajar a Washington o Nueva York para reactivar el diálogo y confió en que “Trump no tendrá problema en venir a Brasil” si es necesario.
Tensión por las sanciones y aranceles estadounidenses
El contacto entre ambos presidentes se había reanudado el 26 de octubre en Kuala Lumpur, durante la cumbre de la ASEAN, con el objetivo de revertir las sanciones impuestas por Washington contra funcionarios brasileños y los aranceles del 50% a varias exportaciones.
Estas medidas fueron adoptadas tras la condena a Jair Bolsonaro a 27 años de prisión por intento de golpe de Estado.
Pese a las diferencias, Lula se mostró optimista sobre un acuerdo comercial y afirmó haber pedido a Trump que “acelere la agenda de trabajo” entre ambas delegaciones. Según dijo, los ministros Mauro Vieira, Fernando Haddad y Geraldo Alckmin están listos para viajar a Estados Unidos si la situación lo requiere.
“Queremos que los aranceles se eliminen para comenzar a discutir”
Lula confirmó que transmitió a Trump, “por escrito y con todas las letras”, su solicitud para levantar las sanciones a magistrados del Supremo Tribunal Federal y eliminar los aranceles antes de abrir una negociación más amplia.
“Queremos que los aranceles se eliminen para comenzar a discutir. Ahí sí va a comenzar la negociación”, insistió.
El mandatario también recordó que los gravámenes comerciales deben respetar las normas de la OMC, aunque admitió que “es habitual que los países impongan tarifas”.




















