Franco Colapinto lo logró: Alpine lo confirmó y Argentina se permite volver a soñar en la Fórmula 1

A un año de su accidente en Brasil, el bonaerense fue anunciado como titular para 2026. Un símbolo de perseverancia que devuelve esperanza al automovilismo nacional.

APOYO INCONDICIONAL. En un día muy especial para Franco Colapinto, se hicieron presentes su madre, Andrea, y su hermana, Martina. APOYO INCONDICIONAL. En un día muy especial para Franco Colapinto, se hicieron presentes su madre, Andrea, y su hermana, Martina.

Las paradojas que entrega el destino suelen resultar sorprendentes. Hace un poquito más de un año, en el GP de Brasil, Franco Colapinto vivió algunos de los días más tristes de su carrera deportiva. La muerte de su abuelo y un posterior choque durísimo contra un muro de Interlagos con su Williams y en medio de un diluvio, lo pusieron ante un momento límite.
370 días después de aquella triste experiencia, quedó confirmado como piloto titular de Alpine por una temporada completa, la de 2026.

Hay que remontarse a 2001 para encontrar un piloto argentino que haya estado en una situación similar. Cuenten los años, no es poca cosa. Aquella vez, en un año durísimo para la vida de los argentinos, la experiencia no terminó bien: Gastón Mazzacane logró un acuerdo con el Prost, pero sólo pudo hacer cuatro carreras al caerse su principal sponsor PSN en medio de la crisis nacional.

Que Colapinto se mantenga como piloto titular de Alpine, y que por primera vez pueda comenzar una temporada desde cero es un acto de justicia. Y lo es mucho más porque en el presente año de competencias en la “máxima” le pasó de todo. Vale remarcarlo: los resultados no lo acompañaron; el auto fue un enemigo (y lo sigue siendo); el equipo no pudo hacer demasiado, equivocándose (y no puede). Por contrapartida, él no paró de crecer.

Crecer es haber mantenido la cabeza fría ante las dificultades. Es haber hecho las cosas bien pese a la falta de una herramienta adecuada. Es haber igualado, y en ocasiones superado, a su compañero de equipo, el francés Pierre Gasly, con mayor experiencia en la F-1 y con muchos más kilómetros hechos con el Alpine que Franco. Es haberse rebelado ante la adversidad y las decisiones inapropiadas. Es haber entendido que el tiempo le daría una oportunidad más seria y sólida, a lomo de un talento innato, un don de gentes valioso, un poder natural de “influencer” que inspira.

Detrás, contó con gente que lo supo contener, y lo contiene. Con sponsors que creyeron y creen en él. Con un público que lo sigue cada día con más constancia y fervor. Con una categoría que entendió rápidamente el magnetismo que emana el bonaerense cada vez que enfrenta un micrófono, participa de una rueda de prensa o está presente en eventos especiales.

Un anuncio en clave de números y señales

Y en medio de la felicidad del anuncio, no se puede dejar de lado la brillante previa que el equipo Alpine dispuso el jueves. Fue un juego de acertijos del que se hablará un buen tiempo.
En un juego de números, se publicó un 7 (día), un 11 (mes) y un 25 (año), suma que daba un total de 43. Y lo hizo a las 20.26 exactas del jueves, dando a entender el año por venir. Ya durante el viernes, la buena noticia se dio a conocer a las 10.43, con lo que se jugó con los números de los autos del equipo: el 10 de Gasly y el 43 de Colapinto. Resultó una señal para confirmar que Alpine ya tenía por completo a sus dos pilotos titulares para la temporada próxima. Y hubo más: durante la semana, Franco y sus managers publicaron enigmáticos posteos. Así, se vio una fórmula (el piloto) y su número; si se hacía zoom llegó a distinguirse en las imágenes publicadas por María Catarineu y Jamie Campbell-Walter.

Como en los cuentos de hadas, la de Colapinto termina siendo una historia feliz. Con una temporada 2025 todavía en curso, y con la de 2026 que ya asoma en el horizonte, que el piloto siga hablando, dentro y fuera de las pistas.

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