Licencia anticipada en Atlético Tucumán: el plantel no entrenó y crece la incertidumbre por Hugo Colace
El equipo llegó al predio para retomar la actividad, pero la práctica fue suspendida y todos quedaron liberados hasta el 9 de diciembre. La dirigencia aún no define si el entrenador seguirá al frente en 2026.
SEMANA DE INCERTIDUMBRE. La vuelta prevista no se concretó y los futbolistas se retiraron sin practicar, en medio de las dudas por el futuro del entrenador. ARCHIVO LA GACETA
El complejo “José Salmoiraghi” amaneció distinto este lunes. El plantel de Atlético tenía que retomar los entrenamientos, iniciar una semana de trabajo y abrir la etapa de evaluación que suele venir después de un torneo. Esa era la información interna que manejaban los jugadores hasta anoche. Pero cuando llegaron, la escena fue otra.
Atlético no se entrenó. En vez del regreso programado, hubo un cambio repentino y la dirigencia decidió que el plantel comenzara la licencia de inmediato. Los futbolistas llegaron temprano, uno a uno, listos para entrenarse, y se encontraron con la indicación de despedirse, retirar sus pertenencias y quedar licenciados. Un trámite repetido cada fin de año, pero inesperado en la mañana de lunes y cargado de incertidumbre. Casi todos finalizan su contrato el 31 de diciembre, así que, más allá de lo que depare el mercado, deberán volver el 9 de ese mes.
Puertas adentro, la frase que circula como un eslogan, repetida por dirigentes y futbolistas, es: “El 9 tienen que volver todos”. Esa fecha quedó fijada como el primer día de una pretemporada que, según cómo se muevan las piezas en estas semanas, puede tener caras nuevas, despedidas y un cuerpo técnico ratificado o reemplazado. Desde ese 9 de diciembre, el calendario marcará 45 días hasta el inicio del Apertura 2026, un margen corto para un club que arranca comprometido en la tabla de promedios y que debe definir en tiempo récord qué quiere ser y con quién. Como si el torneo ya hubiera empezado, las decisiones ya juegan su propio partido.
Incertidumbre
Hugo Colace también estuvo en el predio. No habló mucho, pero lo que dijo alcanzó para dejar al desnudo el escenario real. “A mí me dijeron que era hasta el final del torneo que me hacía cargo del plantel; que después se vería”, reconoció, sin adornos.
La frase condensa su situación. Hizo lo que le pidieron, condujo un equipo que navegaba en plena tormenta, cortó la racha más peligrosa del año con el triunfo ante Godoy Cruz, sostuvo al club en Primera y presentó un plan integral para 2026. Pero, a pesar de todo eso, no sabe si lo ratificarán.
Colace no se queja. No negocia a través de los medios. No presiona. Espera. Dentro del club lo entienden como un gesto de respeto institucional; fuera, algunos lo leen como desprotección.
Y es que la comisión directiva hoy está parece estar dividida en dos líneas muy marcadas.
La cúpula, con mayor peso político, quiere que Colace continúe. Valoran que conoce la estructura de inferiores, la realidad económica y el estado físico y emocional del plantel. En un año en el que Atlético arrancará entre los últimos promedios, ese conocimiento interno no es un detalle menor.
Otra parte de la dirigencia, en cambio, cree que el entrenador no debería seguir. Temen que la temporada 2026, tan condicionada, exija un perfil diferente. También pesan las tensiones que dejó el conflicto previo al partido con San Lorenzo y la mala relación del plantel con los hinchas.
En el medio, la decisión. Respaldar a Colace y sostener un proyecto que apunta fuerte a los juveniles, o apostar por un nombre nuevo que vuelva a barajar todo.
El plan existe… pero está escondido.
Aunque todavía no fue oficializado, Colace ya presentó un proyecto completo. Está escrito, detallado, trabajado con su cuerpo técnico. La comisión directiva lo tiene sobre la mesa.
Sin embargo, por ahora no habrá adelantos. El propio entrenador se lo aclaró al plantel y también a quienes lo consultaron. Sólo lo hará público si lo ratifican en el cargo.
Lo que sí dejó definido (y entregado) es el plan de trabajo individual para las vacaciones. Este lunes, cada jugador recibió una rutina personalizada para llegar en condiciones al 9 de diciembre. No importa quién siga, quién se vaya o quién renueve porque el cuerpo técnico exige que nadie vuelva fuera de forma.
Respaldo silencioso
En este tablero de tensiones internas, Colace tiene un socio estratégico: Miguel Abbondándolo, titular de la secretaría técnica. Fue él quien lo impulsó desde el inicio y quien, cuando le ofreció dirigir la Reserva, le dijo una frase que hoy toma otra dimensión: “Vos vas a ser el próximo DT de Atlético”, le habría dicho en aquel momento.
Ese aval pesa. No define, pero inclina.
Los pasillos del predio hablaron solos este lunes. Jugadores que se fueron sin saber si volverán a ponerse la camiseta y miembros del cuerpo técnico moviéndose con la misma cautela que el plantel. Nadie tenía demasiado para decir, porque nadie tiene certezas.
Hubo gestos conocidos de fin de año, pero también la sensación de que esto recién empieza.
El club todavía tiene que resolver varias renovaciones, definir salidas ya anticipadas, lidiar con tres meses de sueldos y un aguinaldo por cubrir, y planear un mercado de pases corto, de bajo presupuesto y con necesidades urgentes en puestos clave.
Y mientras tanto, la pregunta que flota desde hace días y nadie puede responder del todo: ¿Quién estará sentado en el banco cuando Atlético vuelva el 9 de diciembre?
La respuesta, por ahora, sigue encerrada en reuniones y posiciones contrapuestas. Lo cierto es que el reloj ya arrancó y el “Decano” no tiene margen para equivocarse. Cada decisión contará. Y cada día perdido, también. (Producción periodística: Carlos Oardi)























