Elecciones presidenciales: “Para decidir, los chilenos les están pidiendo cosas claras a los candidatos”
Paula Villaluenga y José Albornoz desmenuzaron el escenario que dejó la primera vuelta en Chile, la tensión entre dos modelos de país opuestos, el impacto del voto obligatorio y el papel de la región.
LOS SUCESOS EN EL PAÍS TRASANDINO. Paula Villaluenga y José Albornoz, en diálogo con Federico van Mameren en el piso de LG Play. La Gaceta / Foto de Diego Aráoz
El programa “Panorama Tucumano”, por LG Play, dedicó su emisión de anoche a analizar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Chile, con la presencia de dos especialistas en política internacional: Paula Villaluenga, licenciada en Relaciones Internacionales y docente de la Universidad San Pablo-T, y José Albornoz, licenciado en Relaciones Internacionales e Integración por la Unila y especialista en políticas públicas. Ambos profundizaron en las características del proceso electoral chileno, los escenarios que abre el balotaje del 14 de diciembre que sostendrán José Antonio Kast y Jeannette Jara y y el impacto regional de este giro político.
Desde el inicio, se planteó el escenario polarizado que dejó la primera vuelta en Chile: un país obligado a escoger entre opciones ideológicas extremas. Villaluenga sintetizó este clima afirmando que se trata de un momento “histórico”, en el marco de transformaciones políticas más amplias a nivel global, en las que surgen virajes inesperados, con la ultraderecha consolidando poder.
En su análisis inicial, la especialista señaló que en Chile convivieron hasta nueve candidatos, con una notable fragmentación. Explicó que, sumados, los postulantes de derecha y ultraderecha reunieron más votos que los del espectro progresista, por lo que el balotaje llega con una tendencia favorable a Kast.
Coincidencias
Consultada sobre si este fenómeno chileno debía interpretarse como parte de un patrón regional, Villaluenga sostuvo que no puede verse como casualidad. Según ella, se trata de “un movimiento pendular que se puede observar en la política mundial y latinoamericana en particular”. Recordó ejemplos como Argentina, El Salvador y otros países, donde candidatos de mano dura ganaron terreno apelando a discursos de seguridad, orden y control migratorio.
Albornoz coincidió, ampliando la explicación sobre el comportamiento político chileno. Destacó que es un país con fuertes oscilaciones ideológicas a lo largo del tiempo, alternando gobiernos de izquierda y derecha, pero con una marcada estabilidad institucional. Apuntó que la imposibilidad de reelección presidencial convierte cada elección en un momento decisivo: “Ellos están cuatro años y ya. Se termina”, subrayó, para mostrar cómo ese rasgo empuja a los votantes a redefinir rumbos de manera recurrente. A nivel internacional, sostuvo que Chile se percibe como un actor “predecible, moderado y pragmático”, con un rol destacado en la vinculación entre Sudamérica y el bloque Asia-Pacífico. Ese posicionamiento, explicó, “podría verse alterado según quién gane el balotaje, ya que cada candidato propone modelos de inserción global distintos: uno más alineado con Estados Unidos (Kast) y otro más abierto a cooperaciones alternativas, incluida China (Jara)”.
Villaluenga, por su parte, advirtió que en esta etapa prebalotaje podría tomar protagonismo la figura de Javier Milei, aunque no necesariamente por su impacto directo en Chile. Dijo que “es esperable” que Milei participe porque necesita construir alianzas regionales y porque cumpliría un rol simbólico dentro del bloque de derecha cercano a Donald Trump. Aclaró, sin embargo, que desconoce si su intervención realmente puede sumar votos en Chile, pero sí reconoció que es importante para el gobierno argentino mostrarse articulado con actores afines de la región.
Ambos especialistas remarcaron un elemento clave: el regreso del voto obligatorio en Chile. Esto trae a escena sectores tradicionalmente ausentes de los comicios, un factor que puede alterar la previsibilidad sobre el comportamiento electoral. Villaluenga explicó que la izquierda, al contar con un núcleo más fiel, deberá ahora “copar” a los votantes menos politizados: “necesitás llegar a esa población que, por apatía, no se interesa ni por el uno ni por el otro”, subrayó.
Relación con Argentina
El análisis luego giró hacia la relación entre Argentina y Chile. Albornoz sostuvo que, pese a tensiones históricas o diferencias políticas, ambos países comparten cultura, acuerdos económicos y articulaciones estratégicas, siendo la frontera común más larga del mundo. Esto, afirmó, genera una interdependencia que trasciende cualquier alternancia partidaria.
Villaluenga aportó el testimonio personal de una colega chilena que veía con preocupación un posible triunfo de Kast. Adujo que, si bien Jara podría ganar, su eventual gobierno enfrentaría un congreso adverso: “La va a tener dificilísima”, le dijo su amiga.
El debate abordó también las diferencias entre los modelos de seguridad y migración que proponen ambos candidatos. Para Villaluenga, la sociedad chilena demanda definiciones claras: “Para mí el pueblo chileno está pidiendo cosas claras”. Según expuso, Jara propone controles biométricos y políticas que aborden las causas estructurales de la violencia, mientras que Kast propone deportaciones masivas y mayor presencia policial: una dicotomía entre soluciones rápidas y transformaciones profundas.
Los expertos anticiparon que, en las cuatro semanas previas al balotaje, esos temas dominarán el debate. Villaluenga agregó: “Jara podría intentar introducir al debate cuestiones ambientales y extractivistas, especialmente por las tensiones sociales derivadas del impacto minero sobre comunidades andinas”.
En otro tramo, el conductor de “Panorama Tucumano”, Federico van Mameren, preguntó por el protagonismo regional de Venezuela. Albornoz respondió que seguirá siendo un actor clave y que su nombre aparece recurrentemente porque es utilizado como símbolo: “Es usado como pieza en el tablero de ajedrez por las grandes potencias”, afirmó. También mencionó que la inestabilidad venezolana “permea a toda la región y que los discursos de derecha suelen instrumentalizar la migración venezolana para justificar políticas de mano dura”.
Albornoz profundizó además en la construcción política de ambos candidatos. Describió a Jara como una militante de izquierda que trabajó “desde las bases”, mientras que situó a Kast dentro de la élite conservadora chilena, con una trayectoria familiar ligada al pinochetismo. Esa contraposición alimenta, según él, una disputa entre dos modelos de país categóricamente enfrentados.
Vaticinios
Hacia el cierre, los especialistas se animaron a anticipar resultados. Villaluenga fue categórica: “Para mí gana Kast”, aunque dijo que lo lamentaba. Sostuvo que en juego estará “la seguridad, la migración y el modelo internacional del país”. Albornoz coincidió: “pese a que quisiera otro resultado, tiene muchas más chances Kast”. Y dejó un llamado a la ciudadanía: “Basta de comprar esas recetas fantásticas que nos vende el norte global”.
Ambos coincidieron en que la dirigencia regional dejó de ofrecer respuestas claras, lo que ha permitido el avance de narrativas simplificadoras y emocionalmente eficaces de la ultraderecha. Villaluenga lo sintetizó diciendo que “la derecha te abraza” cuando promete soluciones inmediatas a problemas urgentes.





















