El armado del árbol de Navidad es uno de los rituales más esperados del año. Marca el inicio de la temporada festiva y reúne a las familias en torno a un símbolo de unión, esperanza y celebración. Pero aunque en Argentina existe una fecha muy establecida, no es la única: cada país del mundo tiene su propia tradición para “encender” oficialmente la Navidad.
Cuándo se arma el árbol en Argentina
En la Argentina, la tradición marca armar el arbolito el 8 de diciembre, coincidiendo con el Día de la Inmaculada Concepción, feriado nacional.
Esta fecha honra la pureza de la Virgen María y se convirtió, con el tiempo, en el punto de partida de todas las decoraciones navideñas: luces, pesebres, coronas y árboles surgen en hogares, comercios y espacios públicos.
Sin embargo, a nivel internacional, el calendario es muy distinto.
Cuándo se arma el árbol en distintos países
Estados Unidos
La mayoría de las familias coloca el árbol justo después del Día de Acción de Gracias, que se celebra el cuarto jueves de noviembre. Para los estadounidenses, el “Thanksgiving weekend” marca el comienzo oficial de la temporada navideña.
Europa central: Alemania, Austria y Suiza
En estos países, la tradición indica armar el árbol el primer domingo de Adviento, que cae entre finales de noviembre y principios de diciembre. El Adviento es un período de preparación espiritual que antecede a la Navidad.
Países que celebran el Día de San Nicolás
En regiones como Holanda y Bélgica, el arbolito se arma el 6 de diciembre, día dedicado a San Nicolás, la figura que inspiró a Papá Noel.
Países nórdicos
En lugares como Noruega y Suecia, el árbol se coloca muy cerca del 24 de diciembre, siguiendo la costumbre de decorar en vísperas de la Navidad. Para muchas familias, el árbol recién se arma el 23.
El origen del árbol de Navidad
El árbol navideño tiene raíces mucho más antiguas que la propia Navidad. Su origen se remonta a los pueblos nórdicos y a los rituales del solsticio de invierno. Las comunidades celtas decoraban robles con frutas y velas para atraer fertilidad, luz y prosperidad en los meses más oscuros del año.
En el siglo VIII, San Bonifacio reemplazó aquellos robles por abetos para cristianizar la tradición. Decoró estos árboles con:
Manzanas, símbolo del pecado original.
Velas, que representaban la luz de Cristo.
Con el paso del tiempo, las manzanas se transformaron en esferas de colores y las velas en luces eléctricas, hasta llegar al árbol navideño moderno que todos conocemos.
Por qué el árbol sigue siendo importante
El árbol de Navidad trascendió su origen religioso para convertirse en un símbolo universal. Para muchas familias, decorarlo significa:
compartir un momento especial,
agradecer por el año vivido,
preparar la llegada de las fiestas,
y esperar la visita de Papá Noel en la noche del 24.
Es, además, el centro de la celebración: bajo sus ramas se colocan los regalos y se celebra el espíritu navideño.





















