Carlos Alberto Presti
La designación del teniente general Carlos Alberto Presti como nuevo ministro de Defensa por parte del presidente Javier Milei ha desatado una fuerte controversia en el ámbito político y militar de Argentina, poniendo en tensión el consenso democrático sobre la conducción civil de las Fuerzas Armadas (FFAA). Líderes del kirchnerismo y referentes de derechos humanos calificaron la decisión como un “retroceso” y una “provocación” a más de 40 años de democracia ininterrumpida.
La oposición más dura vino de ex funcionarios del área, como Agustín Rossi y Jorge Taiana. Rossi, ex ministro de Defensa, sostuvo que la elección de un militar para el cargo es un “retroceso para la democracia argentina” y para las FFAA como institución, ya que genera distorsiones indeseables al involucrarlas en el destino político de un gobierno, cuando deben ser preservadas de toda circunstancia partidaria.
Consenso democrático
En la misma línea, el también ex ministro Jorge Taiana insistió en que la conducción civil de las Fuerzas Armadas es un “consenso democrático” que data de hace más de cuatro décadas. Para Taiana, el nombramiento de Presti implica la “utilización partidaria” de la institución militar y representa una contradicción con la defensa de la soberanía.
La voz de los organismos de derechos humanos se sumó a las críticas, con la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto , tildando la designación como “una provocación” del gobierno de Milei. Carlotto advirtió que nombrar a un militar al frente de la cartera significa “iniciar una situación de violencia en la sociedad”, en clara alusión al pasado de golpes de Estado y dictaduras militares que sufrió el país.
Sin embargo, la decisión encontró un inesperado defensor en el ex jefe del Ejército del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, César Milani, quien defendió que un militar formado es “totalmente coherente para ese cargo”.






















