Por qué el sarampión vuelve a ser una amenaza

Hay alerta epidemiológico en el país: aunque Tucumán registra mejores coberturas de vacunas, la segunda dosis sigue siendo insuficiente.

EN ALERTA. La vigilancia epidemiológica se reforzó tras la detección de nuevos casos de sarampión. EN ALERTA. La vigilancia epidemiológica se reforzó tras la detección de nuevos casos de sarampión.

En los últimos años, las coberturas de vacunación bajaron notablemente en el país y esto abrió la puerta para que, después de mucho tiempo, se detectara en Buenos Aires un brote comunitario de una enfermedad que se consideraba olvidada: el sarampión. En los últimos días, tras la identificación de cuatro personas enfermas que ingresaron al país desde Bolivia y pasaron por varias provincias, entre ellas Tucumán, las autoridades emitieron un alerta epidemiológico.

Si bien el ministro de Salud, Luis Medina Ruiz, aclaró que no hay casos de sarampión en nuestra provincia, se está haciendo el seguimiento de dos personas que tuvieron contacto con los infectados, ya que compartieron el colectivo con ellos.

“Se hace un seguimiento durante 21 días. El sarampión da fiebre alta, catarro nasal, ocular y bronquial, y luego aparece una erupción en la piel. Quien nunca vio un caso puede confundirlo, por eso el monitoreo es permanente”, señaló el funcionario.

De qué se trata

El sarampión es una enfermedad viral, altamente contagiosa, que puede presentarse en todas las edades. La mayoría de los pacientes no desarrollan cuadros de gravedad. Pero en algunas personas puede provocar complicaciones graves. No tiene un tratamiento específico con un antiviral. Pero sí se puede prevenir. ¿Cómo? Colocando la vacuna triple viral (previene el sarampión, la rubéola y las paperas) a los 12 meses y a los cinco años.

Una dosis de vacuna confiere inmunidad parcial, de hasta un 90% o un poco más. Con las dos dosis logramos una protección casi total por largo tiempo. Por eso, es esencial completar el esquema. En Tucumán (como ocurre en gran parte el país), la mayoría de los chicos sí recibe la primera dosis, pero una buena parte de ellos no vuelve al vacuntatorio para la segunda dosis, antes de entrar a la primaria.

Frente a esta situación, los expertos encendieron las alarmas. Profesionales nucleados en la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), filial Tucumán, en una reciente entrevista no descartaron que puedan surgir contagios. Elsa Orqueda, presidenta de la SAP local, señaló que urge aumentar los porcentajes de vacunación y la vigilancia epidemiológica para identificar casos sospechosos y prevenir brotes.

Mejores índices

Miguel Ferre Contreras, referente del Departamento de Inmunizaciones del Siprosa, sostuvo que aunque la provincia presenta mejores índices de vacunación que el promedio nacional, la baja adherencia a la segunda dosis de la vacuna triple viral sigue siendo una preocupación.

En 2024, según señaló, se alcanzó una cobertura del 92% en la primera dosis y del 75 % para la segunda dosis (muy por encima del promedio nacional, que ronda el 50%). Lo ideal es lograr tasas de cobertura mayor al 95% para alcanzar un nivel de protección de la población que limite la diseminación si aparece algún caso.

“Hay un grupo de personas que no responde a la primera dosis, y no sabemos quiénes son. La segunda es la que garantiza que estén protegidos”, especificó el profesional.

Para subir los índices de inmunización, están haciendo campañas en las escuelas. “Para la segunda dosis, que corresponde en el ingreso escolar, entre los 4 y 5 años, actualmente implementamos la estrategia de vacunación por ‘cortes’. Este año se vacuna a todos los niños nacidos en 2020, sin necesidad de esperar el cumpleaños número cinco”, resaltó.

“Lo ideal es vacunarlos lo antes posible. Si esperamos a fin de año, ese niño pasa un año entero desprotegido”, advirtió el especialista. Además, agregó que cualquier persona nacida a partir del 1 de enero de 1965 debe acreditar dos dosis aplicadas en algún momento de su vida. Quienes nacieron antes de esa fecha se consideran protegidos por haber estado expuestos a epidemias previas que hubo en el país. ¿Y si alguien no recuerda si tiene las dosis?, le preguntamos. “Si no lo podés certificar, te vacunás. Tener una dosis extra no genera ningún daño”, remarcó.

Patología grave

Aunque a veces se percibe como una enfermedad leve, Ferre Contreras fue contundente: “el sarampión es grave. Puede generar neumonía y encefalitis, complicaciones que pueden ser mortales”.

Además, es el virus más contagioso que existe: una sola persona puede transmitirlo a 18 contactos, mucho más que el coronavirus o la varicela, explicó.

Tiene un período de incubación largo, lo que facilita que alguien contagie antes de mostrar síntomas. Por eso, la notificación inmediata de los casos sospechosos es clave. “A partir de esa notificación hacemos el bloqueo epidemiológico: vamos alrededor del caso y vacunamos a quienes no estén inmunizados”, señaló el médico.

Las causas de la caída

¿A qué responde la caída en la vacunación con la segunda dosis? Los expertos de la SAP aseguran que no es por desconfianza, sino más por dejadez. Es una vacuna muy aceptada, que está en el calendario nacional como obligatoria y gratuita desde el año 1970.

Para Ferre Contreras, el descenso en la segunda aplicación no está vinculado al movimiento antivacunas. “Los antivacunas son pocos, aunque ruidosos. Mucha gente está a favor de esta vacuna. Y hay una parte de la población que es reticente. Pero que si recibe buena información, se vacuna”, dijo. También atribuyó la baja a problemas de oportunidad: horarios, falta de tiempo o dificultades para llevar a los niños a los centros de salud.

“Lo mejor son los operativos escolares de vacunación. Cuando los hacemos, se nos duplican o triplican las dosis aplicadas”, señaló.

A nivel nacional, un reciente informe muestra que hay una baja histórica de la vacunación en los chicos que ingresan a primer grado. Menos de la mitad de los chicos de esa edad recibió en 2024 las vacunas correspondientes al ingreso escolar, un conjunto de refuerzos que son fundamentales para sostener la protección colectiva contra enfermedades que pueden generar complicaciones graves. A los 5 años, además de la triple viral, se colocan la vacuna contra varicela, un refuerzo de polio y triple bacteriana celular (protege contra difteria, tétanos y tos convulsa)-

Un párrafo aparte es el descenso de 10 puntos porcentuales en todas las vacunas correspondientes a los 11 años, otro refuerzo indispensable antes de la adolescencia.

Ferre Contreras dijo que Tucumán también en este caso tiene índices superiores a los nacionales. “A los 11 años, se repite la triple bacteriana, pero en su versión acelular, y se aplica la vacuna contra el HPV. Con esta última, Tucumán logró un aumento notable: del 55% de cobertura en 2023 al 75% en 2024, gracias al trabajo en escuelas”, remarcó.

La triple bacteriana acelular es especialmente importante por los brotes recientes de coqueluche (tos convulsa) en Tierra del Fuego y Buenos Aires, donde ya se registraron fallecimientos de bebés. “Vacunar a los 11 años es fundamental porque reduce la transmisión hacia los hermanos más pequeños, que son los de mayor riesgo”, precisó. Además, recordó que las embarazadas deben recibir esta vacuna a las 20 semanas, estrategia que redujo significativamente la mortalidad por la enfermedad en el país.

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