Los dos destinos patagónicos perfectos para amantes de la naturaleza.
La Patagonia argentina reúne algunos de los paisajes más buscados por quienes disfrutan de los lagos, los bosques y las montañas. En ese escenario, donde el aire puro y la tranquilidad dominan el entorno, dos pequeños pueblos se destacan como alternativas perfectas para quienes desean caminar, explorar y vivir experiencias rodeadas de naturaleza.
Ambos destinos mantienen un fuerte vínculo con la vida al aire libre. Allí es posible realizar caminatas, actividades acuáticas y recorridos panorámicos que se transforman según la estación del año. Con un ritmo pausado y ambientes preservados, estas localidades atraen a viajeros que buscan alejarse del movimiento urbano y sumergirse en escenarios naturales intactos.
La singular geografía de estos pueblos, sumada a sus propuestas recreativas, los convierte en paradas recomendadas para descubrir nuevas facetas de la Patagonia. Lagos transparentes, valles protegidos y cerros imponentes marcan el carácter de dos destinos que resaltan por su belleza y por la variedad de actividades que ofrecen.
Villa Traful, Neuquén
Villa Traful es uno de los grandes atractivos dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi. Su ubicación en pleno corredor andino refuerza su perfil de aldea tranquila, donde el silencio del bosque y las vistas panorámicas son parte del paisaje cotidiano. Las estaciones del año modifican por completo la experiencia: días cálidos y extensos en primavera y verano, un abanico de tonos rojizos en otoño y propuestas vinculadas a la nieve en invierno.
La localidad se distribuye sobre la costa sur del lago Traful, en la vertiente oriental de la Patagonia andina. Desde allí, las distancias permiten llegar con facilidad a Villa La Angostura, Bariloche o San Martín de los Andes. Entre sus principales atractivos se encuentran el famoso Bosque Sumergido, visible en los paseos lacustres, y las zonas ideales para la pesca deportiva en los ríos y arroyos cercanos.
Además, ofrece miradores naturales, senderos hacia cascadas, cabalgatas, observación de aves y actividades lacustres como buceo o balnearios. Otros puntos destacados son la playa La Puntilla, los cerros Negro y Monje, la fábrica de alfajores del Montañés, el mirador del Viejo Pescador y un walking tour que recorre los primeros edificios de la aldea. El acceso se realiza por rutas provinciales y nacionales, con tramos de ripio que la conectan con Neuquén, Villa La Angostura y Bariloche.
El Hoyo, Chubut
El Hoyo, rodeado de montañas y cursos de agua cristalina, es un pequeño pueblo chubutense que se presenta como un enclave ideal para quienes buscan tranquilidad y un entorno natural cercano. Sus arroyos, lagos y cerros ofrecen un marco perfecto para caminatas, baños o simplemente para detenerse a contemplar el paisaje. La zona invita a recorrer senderos con amplias vistas, realizar actividades acuáticas y visitar lugares emblemáticos de fuerte impronta local.
Ubicado en la cordillera y próximo a Epuyén y El Bolsón, El Hoyo funciona como un punto estratégico para explorar la Patagonia andina. Entre sus actividades recomendadas se destacan el senderismo por rutas de montaña, la pesca en arroyos y lagos, la visita al reconocido laberinto -uno de los más grandes de Sudamérica- y el recorrido por la Ruta del Tejuelón, que conecta con pueblos cercanos a través de paisajes de enorme atractivo.
El pueblo también cuenta con aguas termales en sus alrededores y una gastronomía regional marcada por productos autóctonos. Para llegar, se puede viajar por rutas nacionales y provinciales desde Buenos Aires, Comodoro Rivadavia, Esquel o Bariloche, con trayectos que atraviesan distintas localidades del corredor cordillerano.























