LIDERAZGO JOVEN. De izquierda a derecha: Juan Melian, Facundo Navarro, José Albarracín, Melinda Fregenal, Agustina Zingale (secretaria Jóvenes Dirigentes Tucumán), Agustín Alberto Padilla (director Jóvenes Dirigentes Tucumán), Julieta Salas y Tobías Simón. / GENTILEZA DE AGUSTÍN PADILLA
Hay historias que atraviesan, que marcan un antes y un después. Historias que, lejos de cerrar puertas, abren preguntas. Desde Tucumán, un grupo de jóvenes decidió sostener esas preguntas como punto de partida para formarse en política desde un lugar diferente: uno que mira el territorio, la vulnerabilidad y la dignidad humana como brújula.
La delegación que participó del "Alumni Forum", el encuentro nacional que reúne a jóvenes de todo el país formados en Jóvenes Dirigentes, el programa de la ONG Frente Joven, volvió con una certeza compartida: la política se aprende en el cuerpo antes que en los libros. Y ese aprendizaje, muchas veces, nace del dolor.
En el grupo participaron, entre otros, José Albarracín, Melinda Fregenal, Facundo Navarro, Juan Ignacio Melian, Agustina Zingale, Agustín Alberto Padilla y Julieta Salas, quienes coincidieron en que el liderazgo no se mide por los cargos, sino por la capacidad de escuchar, acompañar y transformar.
El dolor como punto de partida
Para José Albarracín, la participación en estos espacios no responde a una ambición personal, sino a una necesidad vital. Su hermano falleció después de convivir durante años con esclerosis múltiple. En ese tiempo, su familia atravesó situaciones que él define como “abandono del Estado”: dificultades para acceder a tratamientos, negativas de cobertura y silencios institucionales que agrandaron el desgaste.
Poco después de la muerte de su hermano, José recibió el mismo diagnóstico. Y en lugar de paralizarse, decidió responder con acción. Además de estudiar Medicina, se formó en políticas públicas, y buscó espacios donde pudiera entender cómo funciona y cómo podría mejorar el sistema sanitario.
Su testimonio convertido en motor político fue un recordatorio de que la participación social no siempre nace en los libros, sino en las ausencias. Y que una política más justa requiere conocer de cerca las realidades que duelen.
Una búsqueda que atraviesa a toda una generación
La delegación tucumana fue diversa en trayectorias, edades y procedencias. Facundo Navarro, con apenas 18 años, llegó al grupo por Instagram y se formó mientras cursa el último año de la secundaria. En su experiencia como catequista vio necesidades concretas: chicos que llegaban a los encuentros sin abrigo, con zapatillas rotas o con la dificultad de acceder a un plato de comida. Esa realidad lo impulsó a organizar actividades comunitarias y a buscar más herramientas para acompañar.
Melinda Fregenal, licenciada en Ciencias Políticas, es de Concepción y vivió de cerca las dificultades para insertarse en espacios de formación política. Se decepcionó de los primeros intentos y encontró en programas como Jóvenes Dirigentes un lugar donde la política no se piensa como disputa, sino como servicio. Para ella, la formación implicó también descubrir redes con mujeres de otras provincias, compartir experiencias de desigualdad y construir alianzas para sostener nuevos liderazgos.
LIDERAZGO JOVEN. La delegación tucumana del programa Jóvenes Dirigentes participó del Alumni Forum. / GENTILEZA DE AGUSTÍN PADILLA
Juan Ignacio Melian, estudiante de Relaciones Internacionales, se integró desde la Universidad San Pablo y fue parte del Alumni Forum por segunda vez. Su interés principal es la diplomacia local y la gestión pública. Ve la política como una herramienta para pensar municipios más conectados con el mundo y orientados a mejorar la vida cotidiana. Para él, el liderazgo está más cerca de potenciar equipos que de ocupar cargos.
Agustina Zingale, secretaria del programa en Tucumán, aporta otra perspectiva: la de quienes sostienen el proyecto desde adentro. Graduada en Ciencias Políticas, encontró en la organización un espacio donde combinar teoría, práctica y gestión. Define a Frente Joven como una ONG que trabaja “a pulmón”, sin sueldos fijos, y con sedes que dependen de donaciones o espacios prestados. Para ella, la formación política también implica formar grupos humanos: escuchar, debatir, gestionar y vincularse con distintos actores.
Agustín Alberto Padilla, director de Jóvenes Dirigentes en Tucumán, construyó su camino desde el voluntariado. Comenzó en Defensores de Mamás, el proyecto que acompaña a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad, y luego se sumó al equipo de formación juvenil. Su motivación no pasa por lo partidario, sino por “dejar de quejarse y aportar un poco más”, según define.
Finalmente, Julieta Salas, abogada especialista en discapacidad, se unió a la delegación sin haber pasado por el programa previo. Lo que encontró la sorprendió: un grupo humano diverso, comprometido y genuino. Para ella, el valor del encuentro estuvo en observar que, desde su lugar, cada joven buscaba aportar algo para cambiar lo que les incomoda de la provincia y del país.
Un encuentro nacional que transforma perspectivas
El Alumni Forum reunió a jóvenes de todas las provincias durante tres días de formación intensiva en Buenos Aires. La delegación tucumana participó de charlas con referentes del ámbito político, económico, académico y empresarial. Entre ellos, el CEO de Google Argentina, el secretario de Educación de la Nación, y especialistas en diplomacia y desarrollo.
Más allá de la jerarquía de los disertantes, lo que destacaron los jóvenes fue el contraste entre las grandes instituciones que conocieron y las pequeñas realidades desde donde parten sus historias. Sentarse en los mismos lugares donde se discuten los presupuestos del país fue, para muchos, un punto de inflexión.
El liderazgo como valor, no como puesto
En la conversación post Alumni Forum hubo una coincidencia: estos jóvenes no buscan liderar desde un cargo, sino a partir de un modo de estar. Rechazan la idea del liderazgo asociado al poder individual, y lo reemplazan por un concepto que prioriza la escucha, la colaboración y el servicio.
Para Facundo, liderar significa “escuchar a todos”. Para Melinda, implica “hacer coincidir mujeres de distintas realidades y sostener redes”. Para Juan es “potenciar equipos”. Para Agustina, “acompañar procesos y sostener vínculos”. Para Agustín, “dar tiempo, incluso sin reconocimiento económico”.
Y para José, el liderazgo tiene que ver con garantizar que lo que vivió su hermano no le ocurra a otras personas. Con convertir una herida en una nueva forma de pensar la política.
LIDERAZGO JOVEN. La delegación tucumana del programa Jóvenes Dirigentes participó del Alumni Forum. / GENTILEZA DE AGUSTÍN PADILLA
Una generación que no espera que otros hagan
El valor central que comparten es la acción. Ninguno de ellos espera que la transformación venga de arriba. Se forman, trabajan, se vinculan y buscan intervenir en la realidad desde donde pueden.
Hablan de política sin cinismo y sin competir por los espacios. Piensan en políticas públicas. Piensan en Tucumán. Piensan en sus barrios. Piensan en las oportunidades y también en las injusticias.
Y, sobre todo, piensan en cómo ser parte de la solución.
Una apuesta por la Argentina del ahora
La delegación tucumana volvió del Alumni Forum con un mensaje que atraviesa a todos: la Argentina que viene se construye desde ahora. No es una frase optimista: es una urgencia. Cada uno de ellos vive, estudia o trabaja en zonas donde la vulnerabilidad se ve todos los días.
Para ellos, la política no es un discurso ni un hashtag: es la forma de llegar a quienes necesitan respuestas. La historia de José, las experiencias de Facundo, el recorrido de Melinda, la vocación de Juan, el compromiso de Agustina, el trabajo silencioso de Agustín y la mirada de Julieta lo confirman.
Son jóvenes que buscan entender la realidad para transformarla. Y en una provincia donde a veces parece más fácil desentenderse, ellos eligieron involucrarse. Esa decisión, la de participar, la de escuchar, la de actuar, también es una forma de liderazgo.






















