EN LA MEZQUITA AZUL. León XIV recorrió un espacio religioso histórico.
De viaje en Turquía y Líbano en su primera salida al extranjero, León XIV estuvo ayer en Estambul, donde visitó especialmente la Mezquita Azul, joya emblemática de la ciudad y célebre monumento otomano. En el tercer día de su estadía en el país, el primer pontífice estadounidense de la historia entró en el lugar simbólico del siglo XVII y de culto musulmán, de paredes decoradas con delicadas lozas, acompañado por el muftí de Estambul y calzado solo con calcetines blancos. Este gesto de amistad hacia el islam suní, religión mayoritaria en Turquía, sigue los pasos de Benedicto XVI en 2006 y de Francisco en 2014.
Rodeado de dignatarios musulmanes, el Papa recorrió la mezquita en silencio, perturbado únicamente por el sonido de las cámaras y el graznido de un cuervo que giraba bajo las cúpulas. No realizó ningún momento de oración. “Estuvo con espíritu de recogimiento y escucha, con profundo respeto por el lugar y por la fe de quienes estaban allí reunidos”, señaló el servicio de prensa del Vaticano.
La mezquita de Sultanahmet, llamada Mezquita Azul por sus cerámicas, es una de las principales atracciones turísticas de Estambul, construida sobre el antiguo “palacio sagrado” de los emperadores bizantinos, bajo el reinado del sultán otomano Ahmed I. A diferencia de sus predecesores, León XIV no se desplazó a Santa Sofía, la basílica bizantina situada a 300 metros, convertida en museo y luego reconvertida en mezquita en 2020 por el presidente Recep Tayyip Erdogan, decisión objetada por Francisco quien se había declarado “muy afligido”.
Afuera, pese al frío y el cielo gris, una pequeña multitud de varias decenas de personas -en su mayoría turistas- recibió la llegada del convoy con vítores entusiastas. “Es positivo y sobre todo valiente. Los viajes del Papa siempre son muy hermosos, trae la paz consigo”, celebró la italiana Roberta Ribola. A su lado, Sedat Kezer, vendedor callejero de maíz asado, valoró “que personas de culturas diferentes se encuentren, especialmente porque los extranjeros están consumidos por la islamofobia”. “Cuando uno dice ‘Allahu Akbar’, tienen miedo”, lamenta. “Pero el Papa parecería más sincero si se mezclara con el público… Nadie puede verlo ni interactuar con él”, se quejó ante el importante dispositivo de seguridad desplegado.
Atrapado detrás de las barreras, Bekir Sarikaya protestó: “El Papa no tiene nada que hacer aquí; mis padres hicieron 1.000 kilómetros para venir, pero no pueden rezar”. Su esposa lo contradijo: “Nosotros podemos visitar las iglesias de Estambul, así que creo que él tiene derecho a visitar nuestras mezquitas”.
Reunión
León XIV se reunió con los líderes de las Iglesias y comunidades cristianas en la iglesia siríaca ortodoxa de Mor Ephrem. Luego participó en una oración en la iglesia patriarcal de San Jorge antes de dialogar con el patriarca ecuménico Bartolomé I en su palacio a orillas del Cuerno de Oro.
El viernes, el Papa llamó a la unidad y la fraternidad entre cristianos de diferentes confesiones, durante la conmemoración de los 1.700 años del Concilio ecuménico de Nicea, un evento fundamental para el cristianismo. Después de Pablo VI (1967), Juan Pablo II (1979), Benedicto XVI (2006) y Francisco (2014), es el quinto papa en visitar Turquía. Hoy continuará su viaje con una muy esperada visita al Líbano.






















