Pirámide socioeconómica: la clase alta proyecta el viaje; la media ajusta y la baja se recupera

Las familias argentinas hacen “malabares” para no retroceder en el estilo de vida. La radiografía de ingresos revela una leve recomposición en los "sobrevivientes eternos".

HÁBITO NATURAL: Mirar y comparar precios, una gimnasia diaria. HÁBITO NATURAL: Mirar y comparar precios, una gimnasia diaria.

Al finalizar el tercer trimestre del año, la pirámide socioeconómica argentina evidencia ciertas modificaciones, con tendencia a la recuperación. En esa radiografía, elaborada por la consultora W -que dirige el especialista Guillermo Oliveto-, surge claramente que la diferenciación persiste en cuanto a las prioridades: mientras la clase alta proyecta el viaje de vacaciones y la compra de divisas, la media ajusta gastos frente a lo vivido en los últimos dos años, mientras que la baja evidencia una leve recuperación; se sienten menos pobres que hace un año.

El monitor de humor social de esa consultora ha dejado tres patrones de conductas de consumo en la Argentina:

• Los más pudientes maximizan el control de sus transacciones. Mientras lo que más ganan crece el clima de euforia, en el factor intermedio hay una sensación de relax, pero manteniendo la calidad de vida, que se asocia con una consigna: “Milei nos enseñó a ser más ordenados”, según surge de los focus group.

• En la clase media alta, el parámetro es: “no hay más margen para el error”. Pocos lujos para sostener el estilo de vida. De todas maneras, hay una señal de que, tras el reajuste en las tarifas de los servicios públicos privatizados, deben hacer malabares para evitar sofocones financieros en la economía hogareña.

"Cultura del no”

• En la clase media baja reina “la cultura del no”: no hay plata, tal como lo expresa periódicamente el propio presidente de la Nación. Se degrada la calidad de vida y el consumo, en un escenario en que todos los miembros del grupo familiar deben aportar. Para ellos, el mes suele terminar el 15, cuando no el 12 de cada mes, según el ajuste en el bolsillo.

• La clase baja es aquella que la consultora W denomina “los sobrevivientes eternos”. En esa franja social, la baja de la inflación ha contribuido para que la situación no sea peor. Entre esas familias persiste la resignación, con esa sensación de trabajar para comer.

Tomando en cuenta el nivel de ingresos hubo cierta reconfiguración en la pirámide socioeconómica argentina que habitualmente elabora la consultora W.

• En el extremo superior se mantiene la clase alta, que representa al 5% de los hogares y requiere un ingreso mínimo de $ 7 millones mensuales, con un promedio que ya trepa a $ 12 millones mensuales.

• Le sigue la clase media alta, que concentra al 17% de la población, con pisos de ingresos desde los $ 3,7 millones mensuales.

• Más abajo se ubica la clase media baja, con un umbral de ingresos a partir de $ 2,05 millones y un promedio cercano a los $2,4 millones mensuales. Este segmento representa el 26% de los hogares.

En estos escalones por ingresos, la estructura porcentual se mantiene sin cambios respecto del trimestre anterior. Las variaciones se dieron en los montos, ajustados por inflación, y en la base de la pirámide.

• La clase baja en situación de pobreza retrocedió del 26% al 24% de la población en el tercer trimestre. En este grupo se incluyen los hogares que no superan ingresos mensuales de $ 1,18 millones.

• En contrapartida, creció la clase baja superior, no pobre, que pasó del 24% al 28% de los hogares, con un ingreso promedio de $ 1,85 millones por mes. Este desplazamiento explica la mejora estadística en la base de la pirámide social.

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