Fabrica alimenticia. INFOBAE
La combinación de la apertura importadora y el derrumbe del consumo -producto de la pérdida del poder adquisitivo- profundiza una crisis que se extiende por todo el entramado productivo nacional. Tal como lo advirtieron distintos medios del país en los últimos días, cada semana se han sumado nuevas empresas que reducen personal, suspenden turnos o directamente cierran sus puertas.
En las últimas horas, Mondelez confirmó un inusual freno productivo en su planta de General Pacheco, provincia de Buenos Aires, el complejo industrial más grande que posee en el país. Con un nivel de stock que supera ampliamente los promedios históricos, la dirección decidió adelantar vacaciones, reducir relevos, readecuar turnos y disminuir la utilización de la capacidad instalada, incluso en diciembre, un mes tradicionalmente fuerte para las ventas.
Por primera vez en su historia, la firma programó el apagado de varias líneas de producción, medida que afectará a más de 2.000 empleados. Allí se elaboran productos de las marcas Oreo, Pepitos, Lincoln, Milka, Shot, Beldent, Halls, Sugus y Tang, entre otros. El esquema contempla una semana de vacaciones pagas y otra semana adicional de licencia. Según fuentes internas, las ventas cayeron unas 15.000 toneladas en lo que va del año, golpeando categorías de alto volumen como galletitas, chocolates y alfajores, consignó el diario "Perfil".
En paralelo, Georgalos también atraviesa una situación crítica. Rubén Domínguez, delegado en la planta Victoria, denunció suspensiones masivas: “Tenemos pautadas suspensiones para 600 compañeros, en tandas de 80 cada vez”, afirmó en diálogo con AM530, según consignaron . Explicó que se trata de suspensiones de 15 días por trabajador, justificadas bajo un artículo por fuerza mayor que —según advirtió— también puede ser utilizado para despedir.
“Ya salieron 180 compañeros suspendidos con un acuerdo no homologado, que implica una quita salarial”, señaló. La empresa argumentó que las medidas se deben a la caída en las ventas y a la reducción de la producción, publicó el diario "Tiempo Argentino".
Cierre y recortes en varios sectores
La crisis no distingue rubros. En noviembre, uno de los meses más difíciles desde la pandemia según sindicatos y especialistas, se multiplicaron los anuncios de despidos, suspensiones y cierres:
- Essen (Venado Tuerto, Santa Fe): despidió a 35 obreros.
- DBT/Cramaco (Sastre, Santa Fe): suspendió al 90 % de su plantilla (35 trabajadores).
- TN Platex (Monte Caseros, Corrientes): cerró su línea de confección deportiva, afectando al 50 % del personal (20 puestos).
- Dana, autopartista (Naschel, San Luis): cerró la planta, dejando 50 trabajadores sin empleo.
-Vulcalar y Luxo (La Rioja): despidieron 80 y 40 operarios, respectivamente.
Los sectores autopartista, textil, metalmecánico, electrodoméstico y calzado figuran entre los más afectados.
El deterioro también alcanza al comercio minorista. La cadena Frávega cerró su sucursal de Temperley, lo que implicó la pérdida de al menos un centenar de puestos laborales.
La combinación de importaciones crecientes, consumo en caída y producción paralizada generó un escenario que diversos gremios caracterizan como de vulneración extrema del empleo. Las empresas alegan “fuerza mayor” y mercados deprimidos para justificar suspensiones, recortes y traslados de personal entre sedes, lo que alimenta un clima de inestabilidad estructural.




















