15 Marzo 2006
Confeccionan un perfil psicológico del hombre que mató a la estudiante
Un perito trabajará con distintos testimonios para tratar de esclarecer el terrible caso. El drama pasional. Testigos dijeron que vieron a la joven el domingo en que desapareció junto a un hombre. No se descarta ninguna hipótesis. El dolor del novio.
INDIGNADO. Alberto Lebbos estuvo en Tribunales. Sostiene el identikit del sospechoso. El hombre dijo que a Paulina la demonizaron. LA GACETA / JOSE NUNO
Paulina Lebbos podría haber sido víctima de un psicópata, que la mató porque ella se resistió a ser atacada sexualmente. Por ello, el fiscal Alejandro Noguera incorporó al equipo de trabajo a un especialista que los ayude a elaborar el perfil psicológico del hombre más buscado de la provincia.
Según el testimonio de Virginia Mercado, que en la mañana del 26 de febrero se subió a un remise Fiat Duna bordó junto a Paulina, ella se bajó en su domicilio de La Rioja al 400 y su amiga continuó viaje hasta Estados Unidos al 1.200, donde vive su novio, César Soto, pero nunca llegó. Por eso, el conductor de ese vehículo se transformó en el principal sospechoso del crimen. Según el informe de una compañía de telefonía móvil, el celular de Paulina se activó en la zona sur de la ciudad a las 8 del domingo 26. Al menos una persona habría visto a Lebbos caminando a esa hora por allí. Después del hallazgo del cuerpo, el sábado pasado, una moza de un bar del ex Abasto le habría dicho a la Policía que vio a Paulina esa mañana del 26 de febrero acompañada por un joven en un local, tomando una bebida. Los pesquisas deberán determinar ahora si el hombre en cuestión es un remisero o una persona que conoció Paulina en ese momento. A partir de las declaraciones de Mercado, los investigadores se inclinan por el chofer de un remise. Pero aún no se puede determinar si el sujeto simula ser remisero para abusar de jóvenes. Esa sospecha se desprende de la denuncia que realizó el padre de una adolescente que se salvó de ser atacada sexualmente por el conductor de un remise Duna color bordó.
En segundo plano
El comisario general Hugo Sánchez, jefe de Policía, destacó que ninguna hipótesis está descartada. “El conductor de ese vehículo es el principal sospechoso. Por los dichos de una testigo, se trata de un remisero. En un segundo plano está el drama pasional, que tampoco descartamos”, indicó. Según Sánchez, “(César) Soto fue, es y será sospechoso en el caso hasta que no se detenga al responsable del crimen”. Soto mantuvo una larga relación sentimental con Paulina, de la que nació una niña, que tiene cinco años y que está al cuidado de la familia Lebbos. La noche que la joven fue a bailar al ex Abasto, él estuvo trabajando en un bar de Barrio Norte.
Otra declaración
Jorge Jiménez, el padrino de la nena, declaró ayer en la Policía. Según informes, allí comentó los pormenores de la relación que mantuvieron Lebbos y Soto. Este último afirmó ayer que siente mucho dolor. “Sin Paulina ya no volveré a ser feliz”, dijo, al borde de las lágrimas. El joven de 24 años comentó que le molesta que los investigadores piensen que el móvil del crimen haya sido un problema pasional con un tercero. “No tengo otra alternativa que soportarlo; entiendo que la Policía debe hacer su trabajo y no desechar ninguna hipótesis”, afirmó.
Según el testimonio de Virginia Mercado, que en la mañana del 26 de febrero se subió a un remise Fiat Duna bordó junto a Paulina, ella se bajó en su domicilio de La Rioja al 400 y su amiga continuó viaje hasta Estados Unidos al 1.200, donde vive su novio, César Soto, pero nunca llegó. Por eso, el conductor de ese vehículo se transformó en el principal sospechoso del crimen. Según el informe de una compañía de telefonía móvil, el celular de Paulina se activó en la zona sur de la ciudad a las 8 del domingo 26. Al menos una persona habría visto a Lebbos caminando a esa hora por allí. Después del hallazgo del cuerpo, el sábado pasado, una moza de un bar del ex Abasto le habría dicho a la Policía que vio a Paulina esa mañana del 26 de febrero acompañada por un joven en un local, tomando una bebida. Los pesquisas deberán determinar ahora si el hombre en cuestión es un remisero o una persona que conoció Paulina en ese momento. A partir de las declaraciones de Mercado, los investigadores se inclinan por el chofer de un remise. Pero aún no se puede determinar si el sujeto simula ser remisero para abusar de jóvenes. Esa sospecha se desprende de la denuncia que realizó el padre de una adolescente que se salvó de ser atacada sexualmente por el conductor de un remise Duna color bordó.
En segundo plano
El comisario general Hugo Sánchez, jefe de Policía, destacó que ninguna hipótesis está descartada. “El conductor de ese vehículo es el principal sospechoso. Por los dichos de una testigo, se trata de un remisero. En un segundo plano está el drama pasional, que tampoco descartamos”, indicó. Según Sánchez, “(César) Soto fue, es y será sospechoso en el caso hasta que no se detenga al responsable del crimen”. Soto mantuvo una larga relación sentimental con Paulina, de la que nació una niña, que tiene cinco años y que está al cuidado de la familia Lebbos. La noche que la joven fue a bailar al ex Abasto, él estuvo trabajando en un bar de Barrio Norte.
Otra declaración
Jorge Jiménez, el padrino de la nena, declaró ayer en la Policía. Según informes, allí comentó los pormenores de la relación que mantuvieron Lebbos y Soto. Este último afirmó ayer que siente mucho dolor. “Sin Paulina ya no volveré a ser feliz”, dijo, al borde de las lágrimas. El joven de 24 años comentó que le molesta que los investigadores piensen que el móvil del crimen haya sido un problema pasional con un tercero. “No tengo otra alternativa que soportarlo; entiendo que la Policía debe hacer su trabajo y no desechar ninguna hipótesis”, afirmó.
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