El Gobierno habló de un acto hostil de kelpers a turistas argentinos

Preocupación por la decisión del gobierno británico en las Islas Malvinas de impedir el desembarco de un crucero con 3.600 pasajeros.

17 Enero 2012
BUENOS AIRES.- La Cancillería expresó su preocupación por la decisión del gobierno británico de las Islas Malvinas de impedir el desembarco de turistas argentinos en el archipiélago y no descartó que se trate de "un acto hostil".

En medio de la nueva escalada diplomática, el Ministerio remarcó que espera que "la medida tomada se base en razones estrictamente objetivas" por "las autoridades del ilegítimo y autodenominado gobierno de las Islas Malvinas" y no sea "el enésimo acto hostil".

En un comunicado, el Ministerio que encabeza Héctor Timerman recordó que las autoridades kelpers "prohibieron el descenso de turistas de un crucero, entre los que se encuentran ciudadanos argentinos, aduciendo supuestos problemas de salud pública". No obstante, la cartera sostuvo que "la nave, propiedad de una empresa estadounidense, había cumplido previamente con los protocolos sanitarios tanto de la Argentina como de Chile".

El crucero que tenía planeado realizar una excursión por las Malvinas fue impedido de desembarcar y algunos tripulantes argentinos lo atribuyeron a represalias del gobierno británico en el archipiélago por el acuerdo de los países Mercosur para negar que atraquen en sus puertos barcos con bandera de las islas.

Sin embargo, según informó la agencia Mercopress, el Hospital King Edward VII Memorial de Malvinas fue informado de que en el crucero viajaban pasajeros infectados con gastroenterocolitis y, luego de consultas con el médico de a bordo y con un microbiólogo en el Reino Unido, se decidió impedir el desembarco.

A fines de noviembre último, los países que integran el Mercosur con salida al mar decidieron no autorizar que atraquen en sus puertos barcos con bandera de las Islas Malvinas en apoyo al pedido de la Argentina para dialogar con Gran Bretaña por la soberanía del archipiélago, pese a las reiteradas negativas de ese país. El crucero norteamericano "Princess Cruises" llevaba 3.600 pasajeros, de los cuales 600 son argentinos y de otros países latinoamericanos, pero finalmente se vio impedido de desembarcar por una resolución "política" de los "kelpers". (NA)

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