18 Noviembre 2012
EN ANDAS. Fue la despedida de un grande del rugby tucumano. Tristán Molinuevo jugó su último partido para Huirapuca.
En la cancha de Huirapuca se confirmaron dos tendencias: la primera fue la superioridad de los equipos tucumanos por sobre los cordobeses. Y la segunda -y más importante-, la de que nadie en la Zona Ascenso pudo frenar al vendaval del sur. El conjunto de Concepción jugó como se debe jugar una final y derrotó con justicia a Córdoba Athletic por 28 a 11. Además de la satisfacción propia de saberse el mejor y darle una inolvidable despedida a su legendario apertura, Tristán Molinuevo, permitió que la región del NOA recuperase la plaza en la Zona Campeonato que perdió en 2011. Así, la edición 2013 tendrá ocho equipos de esta parte del país.
El éxito de Huirapuca no admite peros. Se mostró muy bien parado en su cancha, sacando ventajas con un buen manejo de la pelota y sentido de la oportunidad para aprovechar los errores de los "ingleses" de Córdoba. La puntería de Ezequiel Faralle hacia la hache y el try de Macario Villaluenga fueron fundamentales.
En esa etapa bajó el ritmo del partido, pero no la intensidad. El local sometió a su rival a una presión defensiva sin errores, que lo ahogó y no lo dejó pensar con claridad. Así llegó el try de Facundo Becerra. Por un descuido en la defensa concepcionense, que durante el resto del encuentro estuvo impecable. Los cordobeses fueron insistentes y buscaron la sorpresa en el centro de la cancha con Facundo Barrea, jugador explosivo, pero que nunca pudo encontrar el espacio suficiente para perforar la retaguardia e impedir que la ilusión de remontar quedara sólo en eso. Sabiendo cuál debía ser su postura, los dueños de casa aprovecharon su ventaja para manejar los hilos del partido y estirarla vía penales. Así, respetando el libreto de las finales, conquistaron un triunfo tranquilo y archimerecido.
El éxito de Huirapuca no admite peros. Se mostró muy bien parado en su cancha, sacando ventajas con un buen manejo de la pelota y sentido de la oportunidad para aprovechar los errores de los "ingleses" de Córdoba. La puntería de Ezequiel Faralle hacia la hache y el try de Macario Villaluenga fueron fundamentales.
En esa etapa bajó el ritmo del partido, pero no la intensidad. El local sometió a su rival a una presión defensiva sin errores, que lo ahogó y no lo dejó pensar con claridad. Así llegó el try de Facundo Becerra. Por un descuido en la defensa concepcionense, que durante el resto del encuentro estuvo impecable. Los cordobeses fueron insistentes y buscaron la sorpresa en el centro de la cancha con Facundo Barrea, jugador explosivo, pero que nunca pudo encontrar el espacio suficiente para perforar la retaguardia e impedir que la ilusión de remontar quedara sólo en eso. Sabiendo cuál debía ser su postura, los dueños de casa aprovecharon su ventaja para manejar los hilos del partido y estirarla vía penales. Así, respetando el libreto de las finales, conquistaron un triunfo tranquilo y archimerecido.
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