El factor azul

Por la Policía, la fiesta no fue completa.

SIN ÉXITO. Los policías hablan con los hinchas antes que invadieran el campo. SIN ÉXITO. Los policías hablan con los hinchas antes que invadieran el campo.
¿Hasta cuándo? Cada vez que en esta provincia se juega un partido importante pasa lo mismo. Los violentos, por inacción de la Policía, se encargan de empañar cualquier tipo de fiesta. Pasó en los últimos clásicos, en los encuentros que disputan los equipos tucumanos con equipos grandes y ocurrió ayer en la final del torneo "Copa 100 años LA GACETA".

A saber. En el Monumental estuvieron todos. Las hinchadas de ambos equipos coparon las tribunas, ya que vendieron 5.000 entradas, según informaron fuentes de la Liga Tucumana de Fútbol. Dirigentes del fútbol tucumano, técnicos (Ricardo Rodríguez, Carlos Roldán, Hugo Corbalán, Antonio Apud, Ángel Guerrero, Alberto Marti. Marcelo Rubino y Pedro Olalla, entre otros), ex y actuales jugadores (Pablo Jemio Portugal, Roberto Dilascio y Diego Villafañe por solo mencionar algunos), presenciaron la consagración de la "gloria".

Ellos y los buenos hinchas de ambos clubes se fueron masticando bronca. Otra vez los violentos les quitaron la posibilidad de ver la fiesta completa. Todo comenzó cuando los simpatizantes de Jorge Newbery hicieron hasta lo imposible para que el encuentro no culminara y lo consiguieron. El 0-4 en su contra y los ole-ole que partían desde la tribuna de Lastenia fueron demasiado.

Claro que contaron con un aliado: los uniformados. Fueron los policías los que permitieron que invadieran el campo para intercambiar proyectiles con los simpatizantes de la "gloria" que también ingresaron al césped. Cuando reaccionaron dejaron desguarnecidas las plateas, donde también los desubicados se arrojaron todo tipo de objetos. Los fanáticos de los "aviadores" se pelearon entre ellos antes y después de haber salido del estadio. Lamentable.

Y es lamentable porque los que se portaron bien pagaron las consecuencias. Tuvieron que esperar más de una hora para concretar lo que todos los hinchas comunes sueñan desde el mismo momento en que se enamoraron de un color en particular: ver a su equipo levantando la copa y hasta dar una vuelta olímpica. Eso es tan doloroso como pagar $ 16.000 por un operativo de seguridad que no funcionó. Otra vez la misma historia.

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