En palito, en tachos o en tragos, cada vez más tucumanos consumen el refresco

Aumenta la venta de achilata, en especial durante los últimos cuatro meses del año.

17 Enero 2013
En los últimos años, el consumo de achilata explotó en Tucumán, según comentó Marta Lazarte, empleada de una fábrica de estos helados en la provincia.

El producto, que se realiza a base de agua, azúcar, colorantes y esencia multifrutal, ya es un clásico en los kioscos escolares y cada vez más en las fiestas familiares, señaló Lazarte. Además de los tradicionales baldes, ahora se vende achilata en palito, resaltó.

Los vendedores destacan que la achilata es un postre que no distingue estratos sociales: está al alcance de todos. Un tacho de 10 litros sale entre $ 50 y $ 60. En la calle, un helado en vaso o en cucurucho sale desde $ 2 o $ 3, en adelante.

"Lo que se ve mucho en la actualidad es un aumento del consumo del producto entre jóvenes. Vienen y compran tachos. Algunos confiesan que es para hacer tragos", apuntó Lazarte, muy a favor de que este producto tucumano tenga su propia fiesta.

La época de mayor venta de achilata se da entre septiembre y diciembre. En los baldes de los achilateros, el producto se esfuma en pocas horas. Es justamente esta práctica la que aún genera desconfianza, por tratarse de un alimento que se vende en la calle, sin controles ni cuidados de ningún tipo. Pero desde que algunas fábricas comenzaron a producirla y venderla, algunas cosas cambiaron.

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