20 Enero 2013
LIBERADOS. Rehenes levantan las manos ante las tropas del Ejército. REUTERS / CAPTURA DE VIDEO
ARGEL/ABIYÁN.- El Ejército de Argelia recuperó el control de la planta de gas de In Amenas, en una sangrienta operación que concluyó ayer y que oficialmente (según el Ministerio del Interior de ese país) causó la muerte de 23 rehenes y 32 insurgentes.
Sin embargo, no hay datos ciertos acerca de la cantidad de secuestrados liberados, del número de milicianos que intervinieron en la toma del enorme complejo energético, ni si los decesos de los civiles fueron por el ataque militar o asesinados por los miembros de Al Qaeda en el Magreb Islámico.
La explotación de gas es una de las más grandes del norte de África y es operada por la petrolera británica BP, la noruega Statiol y la empresa estatal argelina Sonatrach. Un grupo armado la copó el miércoles, cuando secuestró a unos 650 trabajadores. La acción fue vinculada al conflicto en Mali, donde Francia inició una intervención militar para atacar a grupos islamistas que controlan el norte del país.
El secretario de Defensa de Gran Bretaña, Philip Hammond, confirmó que "se había acabado" el secuestro. "Estamos presionando a los argelinos para que nos den más detalles sobre la situación exacta y si se ha rescatado a alguien. La pérdida de vidas como resultado de estos ataques es terrible e inaceptable. Y tenemos que tener claro que los terroristas son los únicos responsables", remarcó. El director ejecutivo de BP, Bob Dudley, señaló que la compañía "no puede confirmar la ubicación de cuatro empleados" y que teme por su suerte. "Fue un asalto no provocado y violento de parte de asesinos armados hasta los dientes", dijo.
El Ejército de Argelia defendió su controvertida intervención en el lugar, realizada a sangre y fuego. "La operación se produjo en respuesta a la decisión de los terroristas de matar a todos los rehenes y perpetrar una auténtica masacre", publicó el diario El Jabar, citando a un oficial militar que no identifica.
Tropas de la región
La cumbre de la Comunidad Económica de África Occidental, que sesionó ayer en Costa de Marfil, ratificó el envío de una misión militar regional para sustituir a las tropas francesas (ya son 2.000 efectivos) en la lucha contra los insurgentes islámicos en Mali. Pero para que se concrete el despliegue aún falta financiamiento y planificación.
Francia llevó a cabo ataques aéreos y desplegó soldados por tierra para frenar el avance islamista que amenazaba controlar todo el país. El ministro galo de Relaciones Exterior, Laurent Fabius, aseveró en el encuentro que su país se vio obligado a actuar con rapidez para que no desapareciera Mali como tal, pero pidió que sus militares sean sustituidos. También el presidente, François Hollande, defendió su decisión (ver "Justificación...").
La crisis ha forzado a las naciones de la zona a acelerar su propia misión en Mali, que en principio no iba a comenzar hasta septiembre. Nigeria y Togo han comenzado ya el envío de efectivos, mientras que se espera que lo hagan pronto Níger, Burkina Faso y Chad.
En el terreno de los enfrentamientos, la acción se centra en Diabaly, abandonada por los insurgentes tras una serie de ataques aéreos franceses. "Las fuerzas francesas y malienses están despejando la ciudad casa por casa. Estamos esperando que lleguen (las tropas africanas) antes de lanzar una ofensiva más grande y de gran alcance", afirmó a la prensa un oficial galo, que pidió no ser mencionado con nombre y apellido. (Télam-DPA-Reuters)
Sin embargo, no hay datos ciertos acerca de la cantidad de secuestrados liberados, del número de milicianos que intervinieron en la toma del enorme complejo energético, ni si los decesos de los civiles fueron por el ataque militar o asesinados por los miembros de Al Qaeda en el Magreb Islámico.
La explotación de gas es una de las más grandes del norte de África y es operada por la petrolera británica BP, la noruega Statiol y la empresa estatal argelina Sonatrach. Un grupo armado la copó el miércoles, cuando secuestró a unos 650 trabajadores. La acción fue vinculada al conflicto en Mali, donde Francia inició una intervención militar para atacar a grupos islamistas que controlan el norte del país.
El secretario de Defensa de Gran Bretaña, Philip Hammond, confirmó que "se había acabado" el secuestro. "Estamos presionando a los argelinos para que nos den más detalles sobre la situación exacta y si se ha rescatado a alguien. La pérdida de vidas como resultado de estos ataques es terrible e inaceptable. Y tenemos que tener claro que los terroristas son los únicos responsables", remarcó. El director ejecutivo de BP, Bob Dudley, señaló que la compañía "no puede confirmar la ubicación de cuatro empleados" y que teme por su suerte. "Fue un asalto no provocado y violento de parte de asesinos armados hasta los dientes", dijo.
El Ejército de Argelia defendió su controvertida intervención en el lugar, realizada a sangre y fuego. "La operación se produjo en respuesta a la decisión de los terroristas de matar a todos los rehenes y perpetrar una auténtica masacre", publicó el diario El Jabar, citando a un oficial militar que no identifica.
Tropas de la región
La cumbre de la Comunidad Económica de África Occidental, que sesionó ayer en Costa de Marfil, ratificó el envío de una misión militar regional para sustituir a las tropas francesas (ya son 2.000 efectivos) en la lucha contra los insurgentes islámicos en Mali. Pero para que se concrete el despliegue aún falta financiamiento y planificación.
Francia llevó a cabo ataques aéreos y desplegó soldados por tierra para frenar el avance islamista que amenazaba controlar todo el país. El ministro galo de Relaciones Exterior, Laurent Fabius, aseveró en el encuentro que su país se vio obligado a actuar con rapidez para que no desapareciera Mali como tal, pero pidió que sus militares sean sustituidos. También el presidente, François Hollande, defendió su decisión (ver "Justificación...").
La crisis ha forzado a las naciones de la zona a acelerar su propia misión en Mali, que en principio no iba a comenzar hasta septiembre. Nigeria y Togo han comenzado ya el envío de efectivos, mientras que se espera que lo hagan pronto Níger, Burkina Faso y Chad.
En el terreno de los enfrentamientos, la acción se centra en Diabaly, abandonada por los insurgentes tras una serie de ataques aéreos franceses. "Las fuerzas francesas y malienses están despejando la ciudad casa por casa. Estamos esperando que lleguen (las tropas africanas) antes de lanzar una ofensiva más grande y de gran alcance", afirmó a la prensa un oficial galo, que pidió no ser mencionado con nombre y apellido. (Télam-DPA-Reuters)
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