Por Bruno Farano
28 Enero 2013
EL ESFUERZO TUVO SU PREMIO. Herrera, de Amalia, le gana a Mansilla. El lateral puso la asistencia en el gol de Lazarte. LA GACETA / HECTOR PERALTA
En el fútbol la lógica no juega, y eso lo hace el deporte más lindo. Los imponderables están a la orden del día, aunque a veces la justicia divina llega y regala un toque de su gracia. Y Amalia puede dar fe de ello.
El estado de ánimo es siempre un aliado, en todos los ámbitos de la vida. Y, cuando no las cosas no salen de la manera esperada, es natural que el ego caiga y la desazón tome protagonismo. Por eso, el mérito de Amalia es aún mayor. Fue el equipo que más propuso, el que más tiempo tuvo la pelota y el que creó más situaciones. Pero en el fútbol se ganan con goles y el "villero" no los encontraba. Por eso sufría. Lastenia práctico y contundente, golpeó en los momentos justos. Juan Lubo y Juan Lazo acertaron en dos lindas contras para adelantar a la "gloria" justo en los mejores momentos del local. Los típicos ganchos,que noquean al mejor boxeador.
Pero Amalia no se resignó. Con más ganas que ideas fue al frente y tuvo su premio en la última bola del tarde. Marcelo Lazarte se puso el traje de justiciero y peinó un centro de Miguel Herrera, para establecer el 2 a 2 final y demostrar que la justicia, aunque sea algunas veces, se da una vuelta por los estadios de fútbol.
El estado de ánimo es siempre un aliado, en todos los ámbitos de la vida. Y, cuando no las cosas no salen de la manera esperada, es natural que el ego caiga y la desazón tome protagonismo. Por eso, el mérito de Amalia es aún mayor. Fue el equipo que más propuso, el que más tiempo tuvo la pelota y el que creó más situaciones. Pero en el fútbol se ganan con goles y el "villero" no los encontraba. Por eso sufría. Lastenia práctico y contundente, golpeó en los momentos justos. Juan Lubo y Juan Lazo acertaron en dos lindas contras para adelantar a la "gloria" justo en los mejores momentos del local. Los típicos ganchos,que noquean al mejor boxeador.
Pero Amalia no se resignó. Con más ganas que ideas fue al frente y tuvo su premio en la última bola del tarde. Marcelo Lazarte se puso el traje de justiciero y peinó un centro de Miguel Herrera, para establecer el 2 a 2 final y demostrar que la justicia, aunque sea algunas veces, se da una vuelta por los estadios de fútbol.
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