Que la siesta se termine de una vez por todas

De nada sirven los lamentos. Tampoco los deseos de tener algo que por ahora es imposible. Por desinterés se pueden perder muchas cosas, pero quedarse sin un duelo Atlético-San Martín, que es más tucumano que la achilata, es demasiado. Y ya no se trata sólo de un problema de infraestructura, sino de una política de Estado que vea al deporte, en este caso el fútbol, como un motor para intensificar el movimiento turístico y difundir las bondades de nuestra tierra.

Los tucumanos se quedaron sin Copa América. Desde hace años que viajan a Santiago del Estero o a Salta para presenciar una carrera de autos, llámese Turismo Carretera, Súper TC 2000 y Top Race, entre otras, o para disputar una prueba. Los Pumas también anunciaron que dejarán de visitar la provincia porque no cuenta con un estadio que brinde las comodidades. El básquet y el voley desaparecieron hace años de los primeros planos. La lista es larga y sigue creciendo mes a mes.

El paso del Rally Dakar por la provincia, la construcción de un estadio de hockey para ser escenarios de encuentros internacionales y el Panamericano de Mountain Bike que se realizará en Tafí del Valle en abril, son algunos avances, ya que los transmontaña de enduro y de mountain y las pruebas de parapente están consolidadas desde hace varios años.

¿Hay una cura para este mal? Sí. Funcionarios, legisladores, dirigentes de clubes y asociaciones, empresarios, profesionales, entiendan de una vez por todas la importancia que tiene el deporte como motor del turismo. Si no dejan de dormir la siesta, los tucumanos seguirán viendo pasar oportunidades.

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