10 Febrero 2013
REACCIÓN. Una mujer adquiere alimentos para "adelantarse" a la medida. REUTERS
CARACAS.- Los venezolanos acudieron ayer a los mercados y tiendas de electrodomésticos buscando anticiparse al nuevo tipo de cambio que imperará tras la devaluación anunciada por el Gobierno, que pretende oxigenar las finanzas del país acuciado por un elevado gasto público y una inflación feroz.
Las autoridades ordenaron devaluar el bolívar -entraría en vigencia el miércoles-, un 31,7%, desde las 4,3 unidades por dólar que se habían fijado como tipo de cambio oficial a principios de 2011. Según los críticos al gobierno bolivariano, la decisión formó parte de un paquete de ajuste económico tras un año de fuerte gasto público.
"La gente se toma esto de la devaluación como un juego, me preguntan si ya devalúe mis precios. En vez de estar jugando, deberían protestar, porque lo que hizo el gobierno es un asalto al pueblo", dijo Ana María Piñango, una vendedora de un mercado de la capital.
La economía venezolana, que depende de las exportaciones petroleras para el ingreso de U$S 9 de cada U$S 10 que circulan y alimentan la entrega de divisas mediante un control de cambio, había experimentado una creciente presión para la desvalorización.
Se tratará de la quinta devaluación desde 2003, cuando se instauró el control cambiario en Venezuela, y se espera que mitigue la escasez de divisas que ha ralentizado las importaciones en los últimos meses, generando desabastecimiento de alimentos y bienes.
La medida había sido postergada recurrentemente ante la inestabilidad política que trajo consigo la ausencia del presidente Hugo Chávez, quien se sometió a una nueva operación por cáncer en La Habana, Cuba. En los dos meses de alejamiento del mandatario, el vicepresidente Nicolás Maduro ha asumido las riendas del país.
"Estaremos trabajando con Cadivi estos días para la modificación de la tasa y considerar las divisas que habían sido solicitadas. Nos toca un arduo trabajo", dijo el ministro de Finanzas, Jorge Giordani.
Cadivi, la comisión que administra la asignación de divisas en ese país, tendrá un nuevo ente para supervisarla y estará integrada por varios ministerios.
Mientras muchas personas se apuraron en comprar pasajes aéreos o bienes durables para anticiparse a la devaluación, que se hará previo a un feriado por Carnaval.
"Sólo en enero la inflación (fue del) 3,3%. ¡Ahora devaluación! Binomio Maduro-Cabello se tomó en serio acabar con nuestra Venezuela, no se lo permitiremos", dijo en Twitter el líder opositor y candidato presidencial, Henrique Capriles.
Las autoridades no sólo ajustaron el tipo de cambio, sino que también eliminaron un sistema alternativo de asignación de divisas que manejaba el Banco Central y, que a un tipo de cambio de 5,3 bolívares por dólar, había servido de refugio a viajeros e importadores de bienes no esenciales.
Economistas y expertos han advertido que sin un mecanismo de reemplazo del Sitme, como se conocía al sistema manejado por el Banco Central, la inflación, que hasta enero acumuló una variación anualizada del 22,2%, tendrá que resistir, además, la presión del alza del dólar informal.
En Venezuela también impera un control de precios, que se ha vuelto más estricto, sobre la cadena de comercialización de bienes, como alimentos y medicinas. (Reuters)
Las autoridades ordenaron devaluar el bolívar -entraría en vigencia el miércoles-, un 31,7%, desde las 4,3 unidades por dólar que se habían fijado como tipo de cambio oficial a principios de 2011. Según los críticos al gobierno bolivariano, la decisión formó parte de un paquete de ajuste económico tras un año de fuerte gasto público.
"La gente se toma esto de la devaluación como un juego, me preguntan si ya devalúe mis precios. En vez de estar jugando, deberían protestar, porque lo que hizo el gobierno es un asalto al pueblo", dijo Ana María Piñango, una vendedora de un mercado de la capital.
La economía venezolana, que depende de las exportaciones petroleras para el ingreso de U$S 9 de cada U$S 10 que circulan y alimentan la entrega de divisas mediante un control de cambio, había experimentado una creciente presión para la desvalorización.
Se tratará de la quinta devaluación desde 2003, cuando se instauró el control cambiario en Venezuela, y se espera que mitigue la escasez de divisas que ha ralentizado las importaciones en los últimos meses, generando desabastecimiento de alimentos y bienes.
La medida había sido postergada recurrentemente ante la inestabilidad política que trajo consigo la ausencia del presidente Hugo Chávez, quien se sometió a una nueva operación por cáncer en La Habana, Cuba. En los dos meses de alejamiento del mandatario, el vicepresidente Nicolás Maduro ha asumido las riendas del país.
"Estaremos trabajando con Cadivi estos días para la modificación de la tasa y considerar las divisas que habían sido solicitadas. Nos toca un arduo trabajo", dijo el ministro de Finanzas, Jorge Giordani.
Cadivi, la comisión que administra la asignación de divisas en ese país, tendrá un nuevo ente para supervisarla y estará integrada por varios ministerios.
Mientras muchas personas se apuraron en comprar pasajes aéreos o bienes durables para anticiparse a la devaluación, que se hará previo a un feriado por Carnaval.
"Sólo en enero la inflación (fue del) 3,3%. ¡Ahora devaluación! Binomio Maduro-Cabello se tomó en serio acabar con nuestra Venezuela, no se lo permitiremos", dijo en Twitter el líder opositor y candidato presidencial, Henrique Capriles.
Las autoridades no sólo ajustaron el tipo de cambio, sino que también eliminaron un sistema alternativo de asignación de divisas que manejaba el Banco Central y, que a un tipo de cambio de 5,3 bolívares por dólar, había servido de refugio a viajeros e importadores de bienes no esenciales.
Economistas y expertos han advertido que sin un mecanismo de reemplazo del Sitme, como se conocía al sistema manejado por el Banco Central, la inflación, que hasta enero acumuló una variación anualizada del 22,2%, tendrá que resistir, además, la presión del alza del dólar informal.
En Venezuela también impera un control de precios, que se ha vuelto más estricto, sobre la cadena de comercialización de bienes, como alimentos y medicinas. (Reuters)