Tiempos difíciles para un pastor sin fuerzas

El mundo se sorprendió ayer al conocerse la decisión del Papa Benedicto XVI de abandonar al sillón de San Pedro, el 28 de febrero. Joseph Ratzinger, quien asumió el papado hace apenas ocho años, marca un hito en la historia de la Iglesia Católica, porque es el primer Sumo Pontífice en renunciar en seis siglos. Un Papa conservador al que le tocó una época convulsionada.

CANSADO. En los últimos tiempos, Benedicto XVI  empezó a usar bastón, producto de  la artritis que lo aqueja. FOTOS REUTERS CANSADO. En los últimos tiempos, Benedicto XVI empezó a usar bastón, producto de la artritis que lo aqueja. FOTOS REUTERS
12 Febrero 2013

CIUDAD DEL VATICANO - El Papa Benedicto XVI sorprendió ayer al mundo y a sus asesores al anunciar que ya no posee la fortaleza física y mental para afrontar las exigencias de su cargo, y se convirtió en el primer Sumo Pontífice en renunciar en 600 años.

Funcionarios del Vaticano intentaron mantener una atmósfera de calma y confianza en el liderazgo de la institución de 2.000 años, pero la decisión podría dar paso a uno de los períodos de mayor incertidumbre e inestabilidad en siglos al interior de una Iglesia asediada por escándalos y por la disminución de fieles.

En el pasado varios pontífices, incluyendo al predecesor de Benedicto XVI, Juan Pablo II, evitaron renunciar por la confusión y división que podría generarse al existir un "ex Papa" y un Papa al mismo tiempo.

Esto podría crear un problema particularmente si el próximo Papa es un progresista que busque alterar disposiciones como la prohibición de las mujeres en el ministerio, el rechazo al uso de anticonceptivos y el celibato entre los sacerdotes.

Durante los casi ocho años del papado de Benedicto XVI, la Iglesia se ha visto estremecida por escándalos de abuso sexual protagonizados por sacerdotes y crisis generadas por la ira de la comunidad musulmana, luego de que el pontífice sugiriera que el Islamismo era una religión propagada con actos de violencia.

La comunidad judía se irritó por la reincorporación de un obispo que negaba la existencia del Holocausto y también se produjo un escándalo por la filtración de documentos papales clasificados por la que se responsabilizó al mayordomo personal de Benedicto XVI.

En un anuncio leído a los cardenales en latín, el Papa alemán de 85 años dijo: "muy consciente de la gravedad de este acto, con plena libertad declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro".

"A partir del 28 de febrero de 2013, a las 20, la Sede de Roma, la Sede de San Pedro, estará vacante y se convocará un cónclave que elegirá al nuevo Pontífice Supremo", añadió.

Benedicto XVI reafirmó el rechazo de la Iglesia Católica a los matrimonios entre personas del mismo sexo, mantuvo la resistencia de la institución a la posibilidad de que las mujeres sean ordenadas en sacerdocio y criticó las investigaciones con células madres embrionarias.

Pero Lombardi dijo que Benedicto XVI no pretendía influenciar la decisión de los cardenales que integrarán el cónclave secreto para elegir a un sucesor.

En Pascua

Un nuevo líder para los 1.200 millones de católicos romanos podría ser electo incluso para el Domingo de Ramos, el 24 de marzo, y podría asumir el cargo durante la Semana Santa que se inicia la semana siguiente, dijo Lombardi.

Aseguró que el complejo proceso para elegir un nuevo pontífice se desarrollará rápidamente porque el Vaticano no tendría que esperar hasta después de un elaborado servicio fúnebre para un líder católico como en casos anteriores.

Lombardi dijo que Benedicto XVI primero pasaría una temporada en la residencia papal de verano situada al sur de Roma y que luego será trasladado a un convento en el interior del Vaticano. No estaba claro si el pontífice tendría una vida pública tras renunciar.

El penúltimo pontífice que dimitió por propia voluntad fue Celestino V en 1294 tras apenas cinco meses en el cargo. El último, Gregorio XII, renunció en 1415.

Lombardi descartó alguna enfermedad específica o depresión e indicó que la decisión fue tomada en los últimos meses "sin presión externa". Aunque el Papa había empezado a usar un bastón y una plataforma con ruedas para atravesar el largo pasillo de la Basílica de San Pedro, no había dado indicios de estar analizando una decisión tan dramática. Sin embargo, ya había dado señales de que ello podría ocurrir. "Se puede renunciar en un momento sereno, o cuando sencillamente no se pueda más", dijo Ratzinger en 2010 en su libro entrevista "La luz del mundo", de Peter Seewald.

Para el brillante teólogo alemán era importante no dejar a su iglesia en medio de una crisis, y de éstas ha habido bastantes desde que en 2005 iniciara su pontificado.

Elegido en el 2005 para suceder al enormemente popular Juan Pablo II, Benedicto XVI nunca pareció sentirse cómodo en un cargo que dijo que nunca quiso. El líder católico pretendía retirarse a su nativa Alemania para proseguir con sus escritos teológicos, algo que podrá hacer ahora en un monasterio dentro del Vaticano.

La renuncia significa que los cardenales de todo el mundo empezarán a llegar a Roma en marzo y, luego de reuniones preliminares, se encerrarán para mantener un cónclave secreto.

La Iglesia Católica ha sufrido cada vez más presiones de parte de los cardenales para evitar candidatos europeos y elegir un Papa del mundo en vías de desarrollo, con la intención de reflejar mejor otras partes del planeta donde vive una mayoría de católicos y la institución está creciendo. (Reuters y DPA)

El mensaje

"Queridísimos hermanos, os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.

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Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.

Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.

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Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.

Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20:00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice.

Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria". 

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