La decisión de renunciar estaba tomada hace un año

Un periodista italiano señaló que el pontífice lo resolvió en su gira por México y Cuba. El envejecimiento. Hay comprensión antes que conmoción ante la noticia del retiro. El mal tiempo dominó Roma. Turistas

EN PENUMBRAS. La lluvia que cayó ayer en Roma complicó las visitas turísticas a la plaza de San Pedro. REUTERS EN PENUMBRAS. La lluvia que cayó ayer en Roma complicó las visitas turísticas a la plaza de San Pedro. REUTERS
12 Febrero 2013
ROMA.- La decisión del papa Benedicto XVI de renunciar a su cargo fue tomada "hace muchos meses", según escribió ayer el redactor jefe del diario católico L'Osservatore Romano, Gian Maria Vian, quien indicó que la idea fue tomada tras el largo viaje que, en marzo de 2012, lo llevó a México y a Cuba, uno de los más importantes de su pontificado.

El conocimiento de su envejecimiento fue importante para esta decisión del Papa, "en su conciencia ante Dios", explicó el periodista, especializado en el clero.

La noticia sacudió a la grey católica en todo el mundo, y en la Plaza de San Pedro del Vaticano hubo reacciones de turistas y de religiosos que fueron desde la conmoción hasta la indiferencia. En estado de shock se mostró Thomas Ruf, estudiante alemán de Teología de 30 años. "He venido a rezar por Benedicto y por el futuro Papa. Uno se cae de las nubes, estoy confundido", señaló el joven, de vacaciones en Italia.

Los británicos Keith y Nita Evans consideraron correcta la decisión, y estaban más molestos por el mal tiempo que hacía ayer en Roma que por la renuncia del pontífice. Los austríacos Peter y Brigitte Schlager ni siquiera sabían la novedad. "Nos da igual. Sólo estamos aquí por los monumentos", señalaron. Tampoco Owain James, de Gales, se mostró afectado: "me interesa la crisis pero no sus instituciones".

La sensación general en el mundo era de reacciones de respeto y comprensión antes que de dolor. "Es lo que cualquiera en otro trabajo tendría que hacer. No puedo decir que esté decepcionado", señaló en Berlín Michael Lauber. "Espero que la Iglesia no termine como la política italiana", sostuvo la romana Emma Nardi, pero el madrileño Nani León afirmó que estaba "consternado; él es un santo y un intelectual de primer orden". (Reuters-DPA)

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