La fiesta de los que salvan vidas

Las remeras blancas predominaban ayer en la plaza Independencia. Cuentos, títeres, música, payasos y el tráiler-laboratorio de la Nación.

SUELTA DE BURBUJAS. Familiares, amigos, niños y mucha gente solidaria se unió para apoyar la lucha por la vida. LA GACETA / FOTOS DE MARIA SILVIA GRANARA SUELTA DE BURBUJAS. Familiares, amigos, niños y mucha gente solidaria se unió para apoyar la lucha por la vida. LA GACETA / FOTOS DE MARIA SILVIA GRANARA
16 Febrero 2013
La pequeña Luciana esperó su turno, hasta que le pintaran dos estrellitas azules en el cachete. Después estampó las palmas verdes de sus manitos en una bandera blanca con la leyenda "Socios del club de los que salvan vidas". Chicos y grandes se encontraron ayer al mediodía en la plaza Independencia con motivo del Día de la lucha contra el cáncer infantil. Convocaban la Fundación Flexer y el Ministerio de Salud de la Provincia.

Además de la bandera, en otro árbol estaba dispuesto un panel donde se pinchaban papelitos que contenían un deseo. Por cada uno de ellos, un benefactor donaría un peso a la fundación. "Ponete la camiseta" era la leyenda de las remeras blancas que tenía puesta la mayoría de los presentes.

Cuentos y títeres

En el escenario todo empezó con una Maratón de cuentos a cargo de Narradores Solidarios y de Norma Aparicio; el grupo Cortocirquito desplegó sus telas y sus acrobacias; la Escuela de Títeres de la provincia dio una función y el senegalés Fal, con su grupo, aportó ritmos africanos. Los hilarantes relatos de Miguel Martín se vieron interrumpidos con la llegada del ministro de Salud, Pablo Yedlin. Entonces todo el mundo, incluido el funcionario, burbujero en mano, fabricó una gigantesca suelta de burbujas.

"Queremos que se sepa, queremos decir que entre el 70% y el 80% de los chicos con cáncer se cura con un tratamiento hecho en tiempo y en forma. Trabajamos para que -vivan donde vivan- puedan acceder al tratamiento. Paralelamente se toman muestras de donantes de sangre y se registran donantes de médula. A la noche, lo hacemos en el Solar del Cerro", informó Liliana Ramponi, representante de la Fundación Natalí Dafne Flexer de ayuda al niño con cáncer.

"Usamos burbujas porque es algo que tranquiliza a los chicos. Las usamos sobre todo cuando les están por hacer una punción o cuando están nerviosos. Les encanta", asegura.

Un trámite simple

Mientras transcurría la fiesta, en un tráiler trabajaban en dos frentes: por un lado estaban los donantes de sangre y por otro, los de médula.

"Hace varios años que hacemos esta actividad. Cada vez que tiene lugar un evento como este, se realiza la colecta y se le da la posibilidad a la gente de que se inscriba en el registro de donantes. Las personas donan y llenan un formulario. De ese modo tomamos una pequeña muestra de sangre que se envía a Buenos Aires. Allí se hace la tipificación genética del donante y esos datos ingresan en la base de datos nacional, que a la vez está conectada con la red mundial. Esos datos serán luego comparados con los de pacientes que necesitan donantes", explicó Carina Jerez, referente del Registro Nacional de Donantes de Médula Ósea del Incucai en Tucumán. "Para que la persona pueda donar médula esos datos genéticos tienen que ser idénticos ciento por ciento, y eso se da uno en 40.000 -enfatizó-. Por eso es tan importante estar registrado, porque cuantos más datos tengamos mas rápido encontraremos donantes. Uno puede ser el alma gemela de alguien a quien puede salvar".

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