La ilusión de viajar en la fragata Libertad está cerca

Bajo el lema "Conocer para Defender", 68 guardiamarinas en comisión de la Escuela Naval Militar se encuentran visitando desde febrero diferentes localidades del interior. Ocho son tucumanos. De paso por su tierra natal, los jóvenes visitaron a sus familiares y comieron unas jugosas empanadas. El 25 de mayo, luego de egresar, partirán en el anhelado viaje de instrucción.

EN LA PLAZA INDEPENDENCIA. Los seis tucumanos que integran la delegación posaron para LA GACETA. Dos de sus compañeros no vinieron. LA GACETA / FOTO DE INES QUINTEROS ORIO EN LA PLAZA INDEPENDENCIA. Los seis tucumanos que integran la delegación posaron para LA GACETA. Dos de sus compañeros no vinieron. LA GACETA / FOTO DE INES QUINTEROS ORIO
17 Febrero 2013
Defienden a la patria desde el mar. Pregonan valores como la lealtad, la disciplina, el esfuerzo y la libertad. Son tucumanos de pura cepa y soldados con todas las letras. Se expresan a través de una jerga particular que mezcla el vocabulario del norte (el de las erres acentuadas) y la firmeza de la verborragia militar (más bien formal). El "Jardín de la República" es su primer hogar; la inmensidad del océano, su vida entera. Zamira Dip (26), Fernando Milton de la Silva (22), Julio Ramiro Peralta (22), Pablo Matías Román (23), Laureano Palacios (25), Florencia Salazar (22), Jessica del Valle Aráoz y Álvaro José Zerdán subirán a bordo de la fragata Libertad el 25 de mayo, una vez que egresen de la Escuela Naval Militar.

Bajo el lema "Conocer para Defender", un proyecto impulsado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y organizado por el Ministerio de Defensa y la Armada Argentina, 68 guardiamarinas en comisión de la Escuela Naval Militar se encuentran visitando desde principios de febrero diferentes localidades del interior del país. Entre ellos se encuentran seis de los ocho cadetes tucumanos que cursan el último año de la carrera. Aráoz y Salazar no pudieron sumarse al recorrido interprovincial porque debían rendir asignaturas pendientes en Buenos Aires.

De visita por su tierra natal, los futuros marinos manifestaron sin escrúpulos la alegría que les provoca volver a casa.

"Cuando terminé la secundaria empecé a cursar Derecho, pero no me convenció. Luego me animé a ingresar en la Marina siguiendo los pasos de un amigo de mi papá. Quería conocer lugares nuevos. Fui a la academia militar General Belgrano y me informé al respecto. Dejé la Facultad, las letras y los libros, y empecé a estudiar física, química, inglés, historia y literatura para rendir el ingreso a la Escuela Naval", contó entusiasmada Dip, egresada de la Escuela de Comercio N°2 .

A Román, egresado del Colegio San Cayetano, la rutina lo aburría y buscó acción lejos de la montaña. "Me despertó el hecho de llevar un estilo de vida diferente al de mi familia. Defender la patria desde el mar me parecía una oportunidad llena de aventuras y progresos personales", comentó. Palacios, egresado del Instituto Argentino Áraba, terminó la secundaria y pensó en ser policía. "Luego descubrí la Marina y aquí estoy", se alegró.

Durante la estadía en las diferentes ciudades, los cadetes navales son recibidos por autoridades y visitan centros culturales, turísticos y dependencias militares de cada región. El recorrido llegará a su fin el 8 de marzo, cuando regresen a la Escuela Naval Militar, ubicada en Río Santiago, provincia de Buenos Aires. Diesisiete días después estarán a bordo de la fragata Libertad y emprenderán un itinerario de viaje que los hará recorrer diferentes lugares del mundo.

Los cadetes tucumanos aprovecharon su paso por la provincia para visitar a sus familias y para comer las clásicas empanadas cerca de la plaza Independencia. "Me genera mucha alegría estar aquí. Sólo podemos visitar a nuestros seres queridos dos veces al año. Pronto estaremos en la cubierta de la fragata", comentó Palacios, mientras les enseñaba a sus futuros compañeros de promoción las costumbres de su ciudad.

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