15 Marzo 2013
EMOCIONADOS. Un grupo de jóvenes celebra en Italia la elección de Francisco.
CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano, una institución de siglos que está acostumbrada a hacer casi todo según las reglas, se prepara para un papado algo más espontáneo. Al menos, eso demostró Francisco en sus primeras 24 horas como Sumo Pontífice.
El cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, contó detalles de las horas iniciales del argentino Jorge Bergoglio como nuevo jefe de la Iglesia Católica. Mientras aún estaba en la Capilla Sixtina, los asesores pusieron una silla estilo trono sobre una plataforma para que Francisco se sentara mientras los cardenales le prometían obediencia uno a uno. En vez de eso, bajó a un nivel inferior y se quedó de pie mientras cada uno de sus pares lo saludaba.
Menos de una hora después, rechazó usar la limusina papal que lo esperaba para llevarlo a la residencia vaticana para cenar. "Y cuando el último bus para, ¿quién se baja? Es el Papa Francisco. Creo que le dijo al conductor 'Esta bien, iré con los muchachos'", comentó el cardenal Dolan.
Dentro de la residencia, durante la cena, el Papa mostró su lado cómico, según Dolan. "Brindamos por él y cuando él brindó por nosotros, dijo: 'Que Dios los perdone'", contó. Los hizo reír nuevamente cuando dijo a los cardenales, que mantuvieron siete reuniones pre-cónclave y dos días de cónclave: "Voy a dormir bien esta noche y algo me dice que ustedes también".
Dolan también describió la emoción dentro de la Capilla Sixtina cuando Bergoglio alcanzó los 77 votos, la mayoría de dos tercios necesaria para elegirlo. "Comenzamos a aplaudir, pero luego tuvimos que detenernos hasta que se contara el resto de los votos y luego aplaudimos al final, y nuevamente cuando él dijo que aceptaba la elección", comentó.
Ayer a la mañana, tuvo otras actitudes que despertaron sorpresa en su entorno. Cuando volvió a la residencia administrada por la Iglesia donde estaba hospedado como cardenal para el cónclave, Francisco insistió en pagar su cuenta del hotel. "Quería retirar su equipaje y maletas. Había dejado todo allí", afirmó un portavoz del Vaticano en una conferencia de prensa. "Entonces se detuvo en la oficina, saludó a todos y decidió pagar la cuenta del hotel porque estaba preocupado en dar un buen ejemplo sobre lo que deberían hacer los sacerdotes y obispos", dijo.
¿Por qué lo eligieron?
Tras la elección, algunos cardenales dieron detalles de los motivos por los que fue ungido como Papa. Además de su perfil bajo, pesó la actitud firme que siempre mostró Bergoglio.
El cardenal francés Jean-Pierre Ricard expresó: "estábamos buscando un Papa que fuera espiritual, un pastor. Pienso que con el cardenal Bergoglio tenemos ese tipo de persona. También es un hombre de gran intelectualidad quien, creo, además es un hombre de gestión".
Ricard agregó algo que Bergoglio dijo durante las reuniones con los cardenales antes del cónclave y que impresionó a los 115 electores. "Dijo que la Iglesia no podía ser realmente la Iglesia de Cristo si se enfocaba solamente en sí misma y sus problemas internos, sino que debía llegar a los hombres y las mujeres en la periferia que se sentían lejos de la misma", agregó. La moral de los fieles ha sido golpeada por una ola de escándalos de abusos sexuales y una lucha intestina en la administración del Vaticano, o Curia, que muchos en la Iglesia consideran que necesita una reforma radical. Francisco es visto como un líder de la Iglesia con carisma y habilidades comunicacionales. (Reuters y DPA)
CREER O REVENTAR
EN ROMA EL 13 DE MARZO
Dice que hacía frío y que el cielo se deshacía en lluvia. Que esa mañana, en el tren que la trasladaba de Florencia a Roma, pensó que era una lástima que no hubiese ningún cardenal argentino entre los papables. Asegura que su hermana menor y compañera de viaje, Perla Rossana, vaticinó que el cónclave iba a deparar sorpresas. La tucumana Giselle Courtade (foto) no prestó atención al comentario; no recordó que el cardenal porteño Jorge Mario Bergoglio participaba de la asamblea y no imaginó que esa misma tarde celebraría la elección del Papa Francisco en el mismísimo Vaticano. "Llegamos al hotel, encendimos la televisión y mi hermana gritó: '¡Bergoglio!'", relata en una conversación vía Skype. Y prosigue: "inmediatamente enfilamos para la plaza San Pedro. Ya en el ómnibus la gente nos preguntaba si éramos argentinas y nos felicitaba. Todos hablaban de 'Francesco'". Courtade, de 60 años, dice que pronto se quedaron sin voz en el empeño de explicar a los parroquianos quién era ese Papa que decía venir del fin del mundo. "Roma era una fiesta. En el Vaticano vimos gente que lloraba y lloramos con ellos. También nos abrazamos con compatriotas desconocidos que, como nosotras, necesitaban expresar la emoción contenida en ese momento histórico para la fe católica y único en la historia de Argentina", expresa. Dice que habló con la prensa extranjera, y que les contó que Bergoglio era un sacerdote austero que en su país natal denunciaba la pobreza y la desigualdad. Y afirma: "este es el Papa de la esperanza. Así lo bautizaron los fieles reunidos en San Pedro y así lo hemos acogido nosotras, que estábamos allí por casualidad, por esas coincidencias inverosímiles que suceden una vez cada 2.000 años".
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